ASHTON GARDNER
—William, estás por casarte —le dije, apoyando las manos en el borde del escritorio—. Tarde o temprano vas a tener que decírselo a Liss.
Él bajó la mirada, jugando con el anillo que ya llevaba en la mano izquierda como ensayo. Afuera se escuchaba el murmullo lejano de voces femeninas: Tiff, Camila, Olivia… y mi Liss. Todas preparando los detalles de la boda. Pero aquí adentro, en mi despacho, el ambiente era completamente distinto. Tenso. Denso.
—No puedo —murmuró William, sin alzar la vista—. No puedo mirarla a los ojos y decirle que soy su hermano. ¿Y si me odia? ¿Y si la pierdo?
Me crucé de brazos, obligándome a no levantar la voz. Él era mi mano derecha que poco a poco se convirtió en mi mejor amigo… pero también era el medio hermano de la mujer que amo. Una verdad que había guardado durante mas de un año por petición suya.
—Conozco a mi mujer. Ella no te odiará. Nunca lo haría.
—¿Y si sí? —insistió, finalmente mirándome. Tenía los ojos vidriosos, como si el miedo l