El Gardner caído.
GISELLA ROBERTS
El maldito video seguía circulando.
Me miré al espejo con los dientes apretados. El mismo maldito clip una y otra vez. Yo, arrastrada en bragas por el pasillo del hotel. Yo, llorando. Yo, empapada de hielo y vergüenza. Yo… ridiculizada y humillada.
Me destruyeron.
No solo perdí mi carrera, mis contratos, mi agencia de modelos, mis redes. Perdí el respeto, la reputación, y la poca dignidad que me quedaba.
Todo por una estúpida.
No… por tres.
Lissandra. Tiff. Olivia.
Zorras disfrazadas de princesas. Creían que el mundo les debía algo porque un hombre poderoso las deseaba. Y yo… yo cometí el error de subestimarlas.
—Malditas —murmuré, tirando el celular contra el sillón.
Pero no me iban a enterrar. No.
Nadie entierra a Gisella Roberts.
Y justo cuando el odio me hervía en la sangre, golpearon la puerta.
Fui descalza, con la bata de seda mal ajustada. Estaba de mal humor, rebien bañada, con el cabello suelto. Pero aún así, al abrir… mi respiración se detuvo un segundo.
Verd