— ¡Malcolm!— grita una voz aguda y femenina.

El Alfa se detiene de inmediato y al girarse se encuentra con Oleika corriendo en su dirección.

La pelirroja se arroja a sus brazos, sorprendiéndolo por completo pero no incomodándolo, a pesar de todos los problemas que tenía en su cabeza, sabía en el fondo de su ser que esa mujer era suya, no pensaba compartirla, no pensaba dejarla ir… de nuevo.

Los brazos fuertes y poderosos del licántropo se envolvieron en la delicada cintura de Oleika y la apretó cada vez más y más… y más hasta que comenzó a ser incómodo y doloroso para ella.

Detente pidió Oleika al mismo tiempo que comenzaba a alejarse y romper el abrazo.

— Te propongo algo— dijo ella con su voz un poco insegura pero con los ojos llenos de decisión— debemos alejarnos.

Eso provocó en Malcolm que levantara una ceja, estaba interesado… muy interesado en ese plan.

— Vamos, solo nos alejaremos unas cuantas horas, es momento de tener tiempo solo para nosotros dos— dijo ella extendiendo su