“Clanks”.
Sonaron las espadas al chocar con fuerza. Karan giró y colocó la suya en la nuca de Phill, su compañero cazador, aun con el arma agarrada con ambas manos, aflojó el cuerpo y la bajó.
—¡Me venciste!
—¡Otra vez! —dijo Karan con una sonrisa de suficiencia.
—Ya verás, un día de estos será mi espada en tu cuello.
Karan se rio, envainó su espada y le dio la mano a su contendiente.
—¡Siempre dices lo mismo!
Phill también sonrió, le tomó del brazo y lo haló para abrazarlo fraternalmente. Cuando lo tenía cerca, le preguntó al oído:
—¿Cómo está ella? —Karan se sorprendió por la pregunta, sus ojos vagaron ansiosos por el gimnasio asegurándose que nadie los miraba y mucho menos escuchaba.
—Bien, está a salvo...supongo.
—No pareces muy seguro —le dijo Phill al tiempo que tomaba su botella de agua.
—Es complicado —y Karan vio como el cazador moreno asintió al escuchar su respuesta.
—Tatiana y yo hemos estado hablando, Karan, sobre lo que nos contaste del concejo. Decidimos ap