Mundo ficciónIniciar sesiónLa habitación tenía una atmósfera romántica, iluminada por velas perfumadas a medio consumir. Sus llamas parpadeaban otorgando un seductor juego de luz y sombras en el cuarto en penumbra, donde las sábanas arrugadas bajo los cuerpos que descansaban luego de la intensa jornada de amor, se deslizaban fuera de la cama.
Antes del amanecer, Ryu abrió los ojos. Giró la cabeza y vio a su lado el cuerpo de piel satinada de Amaya, descansando boca abajo a su lado. La cazadora estaba profundamente dormida.
Con sumo cuidado desenredó sus piernas de las de ella y se levantó. Cubrió su desnudez con un albornoz de seda negra y salió de la habitación.
Esa madrugada, La Fortaleza estaba en absoluto silencio. Lía todavía no regres







