Mundo ficciónIniciar sesiónMas tarde, antes del amanecer, Ryu descendió a las profundidades del castillo donde Vlad permanecía apresado en sus propios calabozos.
Esa parte de la fortaleza no había sufrido grandes cambios, las paredes subterráneas rezumaban humedad y el olor a tierra se esparcía por el pasillo.
Había un cazador montando guardia a cada lado de la celda donde Vlad se hallaba prisionero. En el interior de ella, el príncipe permanecía tumbado en el sucio colchón de una cama de hierro. Sin apartar la mirada del techo de piedra habló con voz cansina:
—¿Qué haces aquí?
Ryu lo contempló a través de la reja de hierro. Llevaba el cabello recogido, su ropa estaba sucia y manchada por la sangre de la batalla, o tal vez era la sangre de Zahyr la que impregnaba su atuendo de guerrero







