LaurelMi cuerpo se encontraba en una calma completa, tan relajado...La suavidad de las sábanas me tenía atrapada en la cama, pues la sensación de comodidad era demasiado placentera para terminar de despertarme.Pero debía hacerlo...Percibí la claridad en la habitación, el canto de los pájaros y el sonido común de un nuevo día. Hacía mucho tiempo que no me despertaba a una hora en la que ya no existía la quietud ni el sol brillara tanto. Eso solo significaba que...Ayayay...Me incorporé de golpe, con los ojos todavía cerrados. Me los froté varias veces hasta que pude abrirlos por completo y miré a mi alrededor, desorbitada y confundida.¿Por qué estaba en mi habitación? ¿Cómo llegué hasta aquí? Anoche...Las imágenes se agolparon en mi mente de forma tortuosa, haciendo que mi corazoncito saltara de emoción y... miedo...Mucho miedo.—¡¿Qué rayos hice?! —grité, exaltada, con el peso de mis acciones asfixiándome.Me apareé con Liadrek...Sentí un punzón en el estómago ante ese recono
Laurel Mi corazón palpitaba con latidos de felicidad y calidez. Hacía mucho tiempo que no me sentía parte de alguien, parte de un hogar. Aunque, pensándolo mejor, desde que Liadrek llegó a mi vida, el sentimiento de soledad menguó. Su presencia ya le daba un aire de hogar a mi vida, solo que no lo había reconocido hasta ahora...No pude evitar observarlo comer, y mi pecho se infló de alegría y satisfacción al verlo alimentarse con tantas ganas. Al igual que yo, él estaba muy hambriento.Suspiré como una lobezna enamorada y seguí comiendo todas las delicias que Liadrek había ordenado preparar para mí. Él conocía bien mis gustos, y hoy se aseguró de que la mesa estuviera equipada con mis bocadillos favoritos.Tan lindo y atento.Me sobresalté cuando sus ojos grises azulados me descubrieron contemplándolo como idiota, y no pude evitar sonrojarme ante su escrutinio intenso.Ayayay, este hombre me tenía atrapada en su encanto.—¡Aquí están! —La voz de Lisa rompió nuestra burbuja rara. Not
LaurelLos labios de Liadrek aprisionaban los míos con delicadeza, saboreando sin prisa mi boca, y yo la suya.Era maravilloso...Mi corazón saltaba emocionado, porque por primera vez en mi vida compartía este tipo de sentimientos y me sentía amada, la primera opción.Ayayay...Esto parecía un sueño...—Liadrek... —susurré sobre sus labios.—Ummm... —respondió, como si no quisiera dejar de besarme.Entonces lo empujé.—¡Tenemos que trabajar! —solté de repente, pues me puse muy nerviosa sin razón.Ay, más loca y no nazco.—Lo sé... —dijo en un ronroneo—. Solo un poco más... —Su lengua hizo espacio en mi boca y empezó a juguetear de una manera que me provocó picazón allí.Ayayay, este chiquillo era un pillo.Volví a empujarlo y le apunté con el dedo de forma acusatoria.—Si no me cuelo, la cosa será tu culpa.¿Ah? ¿Qué diablos dije?Sus ojos se entrecerraron en confusión, observándome como si tratara de descifrar la primera tontería que salió de mi boca.¡Era su culpa por ser tan sensua
LaurelLa tensión entre Liadrek y yo no menguó en todo el día. Ambos nos evitamos después de la discusión en el taller, y cada cual trabajó por su cuenta.Ahora, en el comedor, el silencio entre nosotros se sentía asfixiante. Cenamos callados y ni siquiera nos miramos a los ojos.Ayayay...Buen inicio de una relación.Ya sabía yo que estas cosas eran demasiado buenas para mí. ¿En qué estaba pensando al liarme con este chiquillo? Esto me pasaba por ridícula.Ay, no, yo debía saber cuál era mi lugar y no andarme con ilusiones tontas.De momento, se me quitó el apetito y los ojos me ardieron. No podía ridiculizarme más y llorar delante de mi beta; eso sería demasiado humillante e infantil.Yo no era así, ¿qué me estaba pasando? Logré exhalar un largo suspiro y me levanté de la mesa de forma repentina, captando la atención de Liadrek.—¿Ya terminaste? —me preguntó, preocupado, como si fuera capaz de sentir que algo no andaba bien en mí.Me llamó la atención que él volviera a tutearme y qu
LaurelCaminé hacia el río donde Draevor se bañaba, y me quedé paralizada al verlo desnudo.Ayayay... Era la primera vez que veía a un hombre sin ropas. Traté de apartar la mirada, pero había un magnetismo en su cuerpo que mantenía a mis ojos curiosos atrapados.Y empecé a sentir calor.Noté el enrojecimiento en su rostro, el brillo en sus ojos y algo más en su expresión que mi inocencia no supo interpretar. Luego, como si volviera en sí, buscó su pantalón con premura y se lo puso, acabando con mi incomodidad.Pero esa electricidad en mi piel seguía torturándome.Tragué pesado y caminé en su dirección; luego le di un puñetazo en el pecho.—¡¡Deja de bañarte encuero a la intemperie!! —le reclamé, pero él solo se encogió de hombros.—No sabía que vendrías ahora. ¿Tan rápido cazaste? —Puso su mirada en el par de conejos que traía en la mano.—¡No cambies el tema! —le grité, escandalizada.—Ya que tú cazaste hoy, yo prepararé la hoguera —me evadió, otra vez.Me limité a entornar los ojos.
LiadrekTodos nos observaban con curiosidad y malicia, sospechando lo obvio, pero nadie se atrevía a hacer comentarios delante de nosotros ni a preguntar. Era un conocimiento silencioso, una verdad que todos sabían, pero que fingían ignorar.No sabía cómo sentirme al respecto. Después de todo, poco me importaba lo que pensaran los demás, y esta vez no sería la excepción, en especial si se trataba de algo tan íntimo como nuestra extraña relación.Por lo menos, me daba satisfacción que todos empezaran a verla como mía y no se atrevieran siquiera a aludir nada atrevido.Era un completo posesivo por pensar y sentirme así, lo aceptaba, pero ¡por los guías y Woses!, esa mujer no sabía las miradas libidinosas que ella levantaba con tan solo existir.Es que ella poseía una sensualidad natural que, combinada con su personalidad divertida y autoritaria, la convertía en una fantasía andante.Suspiré cuando ella me descubrió observándola como el intenso que era, pero me era inevitable no apreciar
LaurelEstaba atónita y con la mente en blanco, incapaz de intervenir. ¿Por qué, precisamente ahora que me estaba dando una oportunidad con Liadrek, reapareció Draevor y con esa extraña actitud?Como si mi vida no estuviera lo suficientemente complicada, tenía que venir él a ponerla de cabeza.Miré a Liadrek, quien tenía los músculos tensos, y su mirada observaba a Draevor atentamente, listo para defenderse en caso de un ataque.Y todo ocurrió en cuestión de segundos. Como era de esperarse, Draevor se le lanzó encima, pero no llegó a tocarlo porque Liadrek desapareció de su campo de visión y, en un movimiento rápido, lo pateó por la espalda.¡Ayayay!—¡Basta! —grité en un impulso, pero Draevor estaba fuera de sí.Y cómo no estarlo, si Liadrek le dio donde más le dolía y, para colmar la situación, lo había humillado al mostrarse más hábil que él en la batalla.Mi viejo amigo se giró rápido y le atinó uno de sus puños, lo que me hizo gritar del horror, porque Draevor era grande y muy fu
LaurelTodo el trayecto hasta nuestro destino fue incómodo y cargado de tensión. Era la primera vez que veía a Liadrek tan cerrado. No me habló, me ignoró cuando intenté que conversáramos y se mantuvo lo más distanciado posible, como si fuéramos dos extraños compartiendo el mismo camino.Ayayay...Era peor que eso, pues, aun los extraños tienen una que otra conversación vana. Me sentí herida e indignada, pero mi orgullo no me permitía insistir; simplemente me rendí y lo dejé tranquilo.¡Chiquillo inmaduro e insolente!Suspiré. No quería todo este drama absurdo en mi vida. ¡Era tan injusto! Yo nunca me interpuse en las relaciones de Draevor, aun cuando eran cuestionables. ¿Por qué él tenía que entrometerse en mi vida? ¿Acaso quería verme sola siempre? ¿Por qué era tan malvado con la persona que siempre lo amó?A este punto ya no sabía qué sentía por él, pero, con cada acción, solo lograba que lo despreciara más.Fuimos recibidos por nuestros colegas en el centro de una roca de cristal