Escapando de un mal amor. Capítulo Miedo al amor
Celeste se quedó al cuidado de Freya, quien se había ofrecido con gusto para acompañar a la pequeña durante la luna de miel. Olivia y Samuel apenas se alejaban un fin de semana, lo justo para intentar respirar, para intentar encontrarse a sí mismos en medio del torbellino que había sido su vida reciente.
El viaje fue tranquilo, con el auto de Samuel avanzando por carreteras serpenteantes hasta llegar a esa cabaña frente al mar, apartada y silenciosa, como si el mundo exterior no pudiera alcanzarlos allí.
Olivia sentía una mezcla de emociones que la atenazaban el pecho: la felicidad de estar por fin casada, el alivio de haber superado tormentas internas, pero también el miedo, ese miedo que no se va del todo, aunque quieras. Por eso, cuando llegaron y cruzaron la puerta de madera, su respiración era un poco más rápida de lo normal.
La cabaña estaba cálida, con vigas de madera oscura y una chimenea que ya brillaba con pequeñas llamas danzantes, derramando una luz anaranjada que hacía to