Ese idiota me las pagó y con creces, mira que querer probarme como amante ¿Qué se creía ese idiota?
Nunca iba a entender que vio mi hermana en él y mayor aún quién se creía que era para tener una mínima esperanza de llevarme a la cama.
-Eso jamás sucedería, por lo más sagrado que tengo lo juro. ¡Gilipollas!
Voy hasta la sala común y me preparo un café bien cargado, es que estaba furiosa al haber escuchado esa conversación.
-¡Gilipollas!- grito cuando me quemo con el sorbo de café que acabo de tragar.
-¡Rocío!
-Perdón, Bernardita no te escuché entrar.
-Ya me di cuenta, niña, pero esas no son formas de expresarse, sobre todo porque en esta oficina las paredes tienen oídos.
-Eso a mí no me importa, que oiga el que tiene que escuchar, me da lo mismo.
-¿De verdad te cae tan mal el joven O'Connor?- pregunta mientras revuelve su taza de té.
-No me cae mal, lo detesto, es un subnormal que se cree que porque tiene dinero todos le deben pleitesía.
-Es extraño que lo digas, Rocío. Desde que lo