Es una delicia.

Madrid, España. Hace ocho años atrás.

—Odio estas malditas excursiones estudiantiles, el arte no es lo mío.

—Es necesario que aprendas de todo, querido amigo. Las construcciones de la antigua Madrid son de las más vanguardistas para la época de su creación y por eso se mantienen en pie, a pesar del tiempo transcurrido.

—Ay, Mateo. Yo lo que quiero son unas birras, unas papas bravas y suficiente sexo para volverme loco.

—¡Idiota! Tienes que aprender, no puedo creerlo, lo tienes todo, dinero, una familia que te respalda y haces lo que te venga en gana, no sabes como te envidio, hermano.

Esa frase dicha por su amigo, años después la entendería, por ahora, el joven Christian no escucha más allá de lo que le importa y eso es pasarla bien.

—Ya va, idiota, será mejor que terminemos con esto y luego te invito a comer y beber.

La tarde pintaba bien para los amigos, así que recorrieron los lugares asignados por su tutor, se pasearon por las calles de Madrid y fueron descubriendo con su guía lo maravilloso de la arquitectura de la ciudad.

Su primera parada fue en el Edificio Metrópolis.

—Uno de los más conocidos y fotografiados de la ciudad, y que es testigo de dos de las arterias más importantes de Madrid, la Gran Vía y la calle Alcalá. Su arquitectura es de estilo francés y fue de los edificios más altos de Madrid durante muchos años, con sus 45 metros de altura—les señala el guía y por primera vez en su vida, Chris deseó ser su hermano James.

Al medio día llegaron a las Torres Blancas, la que se ubica entre el número 2 de la calle Corazón de María con el 37 de la Avenida América. Estas imponentes torres son uno de los mayores iconos de la arquitectura organicista en España, que, en su momento, fue una de las construcciones de hormigón más innovadoras de la época. El edificio está pensado para ser como un árbol, que crece hasta los 80 metros, creando un conjunto de formas circulares que sin duda llamarán tu atención.

—Este edificio ganó la primera edición del premio del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y también el Premio a la Excelencia Europea.

—Aburrido.

—Ya cállate, O’Connor que quiero escuchar.

—Hey, Alonso ¿A qué hora comeremos?

—Aprovecharemos el último lugar para la comida, joven O’Connor, espero que ese lugar si le guste— responde un tanto molesto el guía turístico. Siguieron disfrutando de la tarde, aunque Christian con un hambre a morir, al parecer el maldito guía turístico la había agarrado con todos por culpa de él y los ha hecho caminar el doble

—Antes de terminar nuestro recorrido los llevaré a las Las Cuatro Torres.

Esta se encuentra justo al lado del paseo de la Castellana, en el barrio de La Paz. En ella se sostiene la zona empresarial que forma parte del skyline de la ciudad. A este conjunto arquitectónico también se le conoce Cuatro Torres Business Area. Este conjunto lo forman la Torre de Cristal, la Torre Foster, la Torre Emperador Castellana (antes Torre Espacio) y la Torre PwC. En 2021 se inauguró, además, un quinto edificio: Torre Caleido. Entre estas cinco torres hay dos de los rascacielos más altos de España. El primero, la Torre de Cristal, con más de 249 metros de altura y 52 pisos, y la Torre Foster, que ocupa el segundo lugar, con 248 metros de altura y 45 pisos.

—Wow, todo esto es tan hermoso, mira los cimientos, Chris— le dice un Mateo absolutamente embobado por lo que ve.

—Si, claro, claro, amigo, están perfectos. Una maravilla arquitectónica.

—Por último, los llevaré a la Serrería Belga, ahí podrán disfrutar de…

—Por fin, muero de hambre.

—Chris, por favor, baja el volumen.

—Bueno, como les decía, antes de ser interrumpido por el joven O’Connor. Iremos a la Serrería Belga. Este edificio se encuentra ubicado entre el paseo del Arte y el Barrio de las Letras. Este singular edificio industrial de principios del siglo XX forma parte del ‘Paisaje de la Luz’, reconocido como Patrimonio Mundial por la UNESCO. Su estructura de forjados, vigas y pilares, junto con su fachada clasicista, mantiene un fuerte carácter industrial y es además uno de los primeros edificios madrileños en los que se empleó el hormigón armado visto. Actualmente es un espacio cultural municipal que ofrece una amplia oferta de actividades en torno al arte, la música, el diseño, la imagen y la gastronomía.

Como verán el edificio es el lugar especial para terminar con nuestro recorrido de hoy y aprovechar de que puedan comer algo.

—¡Aleluya!

Nos paseamos por el lugar y debo de decir que el guía tenía razón, todo a nuestro alrededor grita belleza y majestuosidad.

Ese día lo terminé disfrutando, estaba con mi mejor amigo y las cosas se estaban poniendo interesantes.

Al día siguiente, seguimos recorriendo las calles de Madrid, la idea era terminar temprano porque nos iríamos de T***s y birras, como nos comentó el guía turístico, eso sería interesante, pues no podía negarlo, en todas partes donde habíamos recorrido las mujeres eran realmente guapísimas.

Llegamos a nuestro hotel y luego de una ducha reponedora me arreglo para salir de fiesta. Salgo al mismo momento que Mateo y ambos nos miramos con una risa jocosa.

—Creo que hoy te desvirgan mi amigo— me dice, muerto de la risa y yo lo miro molesto.

—Pues creo que al que le quitaran hasta la conciencia será a ti, hermano.

Nos reunimos con Manolo, el otro guía turístico y el nos indica el lugar al que nos va a llevar.

—Espero y les guste, muchachos, es el mejor lugar para pasar un buen rato en la ciudad de Madrid.

—Eso espero, Manolo, porque ya estoy aburrido de tanto jaleo de edificio en edificio—reclama Mateo y yo asiento, nos debemos un descanso.

Llegamos al lugar y se veía que era como decía Manolo, en lo arquitectónico era un galpón simple por fuera, pero por dentro estaba la magia. Quedé impresionado por las vigas al aire y la sencillez de las mesas, eran barriles que se deben haber utilizado en alguna de las tantas cavas de vino, las sillas eran simples taburetes y el ambiente estaba completo con una barra hecha en madera natural que le daba el toque casi rural en medio del concreto a la vista de las paredes.

—¡Esto me encanta!— nos sentamos en una mesa y un chico nos extendió la carta y Manolo nos indicó cuales eran las mejores t***s.

Pedimos camarones al ajillo, croquetas de jamón serrano, unos chipirones, papas bravas y la especialidad de la casa la tortilla de papas. Para beber partimos con una sangría, el trago oficial del lugar, así estuvimos comiendo y conversando por un buen rato hasta que el espectáculo de la casa comenzó.

—Esperen a ver a las chicas bailar, son unas verdaderas diosas.

Empezaron a sonar los acordea de Volare de los Gipsy King y aparecieron cuatro hermosas chicas vestidas con trajes de Zarzuela, pero una de ellas llamó mi atención, era una muchacha de cabellera castaña y ojos negros seductores que se plantó en el centro del local con sus castañuelas y mientras la música sonaba movía sus curvas como si se transportara a ese cielo infinito que señalaba la canción.

Todo el mundo empezó a aplaudir al son de la música y obviamente les seguimos, yo estaba hipnotizado viéndola moverse, era una verdadera diosa de las tablas y ya quería ser yo una de esas castañuelas y ser tocado de esa forma. Era la primera vez que me pasaba eso con una mujer y debo decir que me sorprendió el estar con las revoluciones a mil por aquella castaña.

Cuando la música terminó, los vítores de la audiencia no dejaron de sonar y una nueva canción comenzó a sonar, la chica de mis sueños tomó el micrófono y comenzó a cantar alrededor de las mesas y en un momento se paró frente a mí…

—He llenado tu tiempo vacío de aventuras más…

Y mi mente ha parido nostalgias por no verte ya.

Y haciendo el amor, te he nombrado sin quererlo yo.

Porque en todos busco lo salvaje de tu sexo, amor…

Hasta en sueños he creído tenerte devorándome.

Y he mojado mis sábanas blancas recordándote…

Mientras me cantaba, delineaba mi rostro con su delicada mano y dios, juro que estaba a punto de correrme de solo escucharla y verla seduciéndome , pero se dio la media vuelta y siguió hacia otra mesa donde se sentó en las piernas de otro tipo.

—Uy, hermano, esa mujer si que es una verdadera diosa.

—Y canta maravilloso, pero es intocable chicos, la Madrileña es la mejor cantante del lugar y siempre hace esto mismo, los seduce con esas curvas y su voz de sirena y luego te deja sin siquiera dejarte hablar.

—Es hermosa…

—Una delicia para el ojo y el paladar, como les dije.

Tenía que conocerla, ella era todo lo que me había recetado el doctor y como que me llamo Christian O’Connor hoy sabría el nombre de la Madrileña.

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