Sentía su cuerpo pesado, pero a la vez era movido como si fuese ligero. El calor que antes la atormentaba fue reemplazado lentamente por una sensación fría y agradable que el hizo soltar un gemido de satisfacción. Entonces se removió al momento incómoda, ¿a qué se debía todo aquello?
-Tranquila, soy yo- esa voz cálida, ese olor familiar.
Xana obligó a sus párpados a abrirse lentamente encontrando la habitación mucho más oscura que lo que recordaba cuando se quedó dormida.
-¿Qué hora es? ¿Dónde… están mis cachorros? Tengo… sed.
El alfa que la había sentado de lado sobre su regazo bufó levemente.
-Una cosa tras otra, bebe primero agua, tu garganta se oye bastante inflamada- White le ofreció un vaso de agua que le ayudó a tomar al sentir las manos de ella inestables. Esperó que ella tomara hasta la mitad antes de devolver el vaso a su lugar- Los cachorros ya están dormidos en su cuarto, dentro de poco ya será medianoche. Estuviste durmiendo profundamente todo este tiempo. Ni siquiera sen