El viento en la cima de la montaña danzaba a nuestro alrededor, llevando consigo el susurro de las hojas de los pinos y el lejano murmullo del valle, un sonido que apenas llegaba a nuestros oídos. Tras su comentario sobre romper los moldes, una atmósfera de tranquila cercanía se había tejido entre Aiden y yo, un espacio donde las palabras ya no eran tan necesarias.
Finalmente, decidí romper el silencio contemplativo, aunque no sin un poco de nerviosismo. - ¿Qué piensas ahora, Aiden? Después de todo lo que ha pasado... de que me hayas mostrado tu verdadera forma, de todo lo que compartimos. Aiden se giró para encararme por completo, sus ojos dorados, tan intensos como siempre, deteniéndose en los míos con una suavidad que sentía más como una caricia visual que como una inspección. Era una mirada que me veía realmente, no solo como una princesa. -Pienso, Katherine -comenzó, su voz grave con un tono reflexivo que denotaba una profunda consideración-, que h