Capítulo 64

El restaurante está tranquilo, las luces suaves acompañan la comida y hasta el murmullo de las mesas vecinas parece distante. Nora y Silas disfrutan de un almuerzo en silencio cómodo, compartiendo miradas esporádicas, pequeños comentarios sobre el vino y los sabores, hasta que de pronto el celular de ella comienza a vibrar sobre la mesa.

Nora mira la pantalla y suspira.

—Discúlpame, debo contestar —dice, y se asegura de que él vea el nombre que aparece.

Silas asiente con un leve movimiento de cabeza, aunque no aparta sus ojos de ella. Toma la copa de vino blanco y le da un sorbo lento, mientras la observa con esa atención intensa que suele incomodar a cualquiera, menos a Nora.

—Dígame, señor Remington —responde ella al teléfono, con voz controlada.

Al otro lado, el abogado Remington no pierde tiempo.

—Hubo un avance, señora.

Nora se endereza en la silla.

—¿Cuál?

—En realidad… ya dejaron salir al señor Redstone. —La voz del abogado titubea apenas—. Hubo un problema con la e