40. Rompiendo la tensión
Capítulo 40
Silas se había ido a un viaje de negocios urgente el mismo día que su prima me había venido a “visitar” por eso Nora no lo esperaba para nada cerca de la ciudad
Nora se acomodó en el asiento del auto, percibiendo el leve olor a cuero y madera pulida que siempre la envolvía cuando estaba con él. El portazo se cerró tras ella y, de inmediato, el silencio cayó como un manto pesado, casi sofocante. Podía sentirlo mirarla, aunque no ella viera al frente, como si sus ojos la recorrieran con la misma intensidad que su voz.
—Me dijeron que tuviste que sumergirte en un baño de hierbas —su voz grave rompe el silencio, con un tono bajo y cadencioso, casi como si intentara calmar a un animalito asustado.
Nora apretó las manos sobre su regazo, sintiendo el calor en sus mejillas. Su voz salió más firme de lo que esperaba, aunque cargada de un matiz de incomodidad.
—Estoy bien, y casi no duele. Pero… deberías tener más cuidado.
La tensión vibró en el aire, hasta que ella, con un esfuerzo