28. ¿Y los empleados?
Capítulos 28
Silas lo observó, impasible.
—¿Y entonces? —replicó con frialdad—. Eso es el pan nuestro de cada día en la socialité.
Para él no había problema en aquello. Antes pensaba que casarse con alguien que no aportaba era simplemente una pérdida de tiempo. Sin embargo, la imagen de Nora cruzó fugazmente por su mente. Su familia ya no era tan prominente como antaño, pero aún llevaba un apellido que despertaba respeto.
Joshua se dejó caer contra el respaldo del sillón, jugueteando con la copa entre sus dedos, mientras su mirada se llenaba de fastidio.
—Sí, pero debo casarme con Karina Thompson —admitió con un suspiro pesado—. Y ya sabes cómo es ella… insípida, callada, siempre hundida en sus clases de no sé qué, la verdad, es una chica tan callada y no sale con nadie.
Su acompañante femenina arqueó una ceja, sin perder la calma.
—No veo el problema. Solo debes casarte, darle un hijo a los Ferreira y tendrás tu libertad asegurada. Te dejarán en paz —dijo Silas con calma— sabes que e