25. Mansión Redstone
Capítulo 25
Estando en el taxi Gina le responde velozmente.
—Por supuesto, señora Wyckham. Ya me había informado de todos los empleados de la mansión en cuanto me dio el trabajo —dijo Gina en una nota de voz— la mujer, Claudia Berry, madre soltera y su hija de veinte años. Renata al parecer es buena en economía y el señor Wyckham… mmm… bueno le pagó toda la carrera.
—Entiendo —responde en un suave murmullo.
Nora lo piensa un poco más y decide llamar a Gina
—¿Qué más desea saber? —respondió la voz firme de su asistente, siempre precisa.
—Quiero un informe más completo… desde dónde vivían antes de trabajar aquí, hasta con quién hablan y qué hacen en sus ratos libres —deja claro su orden.
—¿Plazo? —preguntó Gina sin dudar.
—Antes del anochecer. Y Gina… —hizo una breve pausa, bajando la voz— que no se entere nadie de que esto viene de mí.
—Entendido.
Nora colgó, guardó el teléfono y se acomodó en el asiento. Por la ventanilla, los altos muros de la mansión quedaban atrás.
En su tablero de