El Fantasma Entre Los Elegidos.
Leo no recordaba exactamente cuándo había empezado a sentirse invisible; a veces pensaba que siempre había sido así. Como si hubiera nacido un poco más lejos de la atención, de la luz, de los brazos de alguien. Como si su existencia hubiese empezado con un paso en falso, con un error, con una nota al margen en el cuaderno equivocado.
Sus padres nunca lo miraban directamente, miraban a través de él.
La primera memoria clara que tenía era de una escena aparentemente simple: él de pie en el pasillo, con un dibujo arrugado entre sus manos.
Había pasado toda la tarde tratando de copiar un esquema que había visto en uno de los libros de su padre. Líneas torcidas, círculos desproporcionados, flechas que no llevaban a ningún lado. Pero para él significaba algo: significaba mírenme, por favor, sólo una vez.
Lo llevó a la sala blanca donde sus padres estaban rodeados de científicos. Los mellizos estaban en una camilla, conectados a sensores que él no entendía.
Leo juntó valor, alzó el papel y d