Capítulo 25

No podía creer que Ian la tratase de esa manera y que pensara que esperaba un hijo de otra persona; él no entendía nada y ella no tuvo oportunidad de explicar, Ian no la había dejado hacerlo.

—Ni siquiera puedo tener un hijo propio —solloza, recordando que tiene un ovario defectuoso.

Luego de media hora de llorar a cal y canto y de que su cuerpo dejara de convulsionar, quedó hecha un ovillo en el suelo. El timbre suena, pero no se molesta en averiguar de quién se trata; deja que suene «en algún momento quien esté llamando se cansará y se irá». Pero la persona que llama no se quedó con que no la atendieran y decidieran entrar por su propia cuenta.

—¿Sofi?… ¡Sofi! —grita el boricua al verla tirada en el suelo. Corre hacia ella cayendo de rodillas a su lado, pensando que estaba desmayada o peor. Cerrándola en sus brazos la gira para que de frente a él—. ¿Qué está mal? —pregunta preocupada y un poco aliviado al ver que no estaba desmayada ni peor.

—Ian —susurra y comienza a llorar de nuevo.

— ¿Qué te hizo ese desgraciado mujeriego? Te juro que, si te trató mal, yo mismo voy a buscarlo y le corto la garganta con mi cuchilla jamonera.

—No es eso, Tony, no me hizo nada.

—¿Cómo que no es eso? ¿Qué no te hizo mal? Si estas hecha una m****a, cariño.

—Bueno, gracias —bufa recomponiéndose del llanto, sin duda, la forma de hablar del boricua la hacía sentir mejor sin siquiera proponérselo.

—Lo siento, linda, pero es la verdad; solo dime qué te hizo y lo voy a buscar, le corto las pelotas y lo hago en un guisado… primero lo pruebo, obvio —remata con tono cómplice y Sofi sin poder evitarlo se ríe y lo abraza fuerte besándole la mejilla.

—Gracias, gracias.

—Hey, para eso estoy —La levanta del suelo y la lleva al sofá, luego de sentarse, él se sienta a su lado—. ¿Me vas a contar qué fue lo que pasó entre tú e Ian? —Ella agacha la mirada, pero Tony le coloca los dedos índice y pulgar en su barbilla le vuelve a levantar el rostro para que lo mire—. Háblame, Sofi, sabes que puedes confiar en mí.

—Él y yo… Bueno… Él… —Sofi comienza a tartamudear y Tony intervine.

—A ver, te ayudo. Tú y él, se enrollaron —adivina y hace señas con los dedos mostrando unas señas obscenas.

—Sí —asiente con casi un hilo de voz.

—Bueno, estoy un poco enojado porque no me lo contaste, pero por ahora te lo voy a dejar pasar. Cuéntame qué pasó hoy para que estés hecha una piltrafa —le pide sonriendo.

—Se enteró lo del niño —confiesa.

—Acaso es idiota, ¿qué tiene de malo que quieras tener un niño o que vayas a tener uno y más en como lo vas a tener? ¿Cuál es su maldito problema?

—No es eso; él piensa que yo estoy esperando un hijo de otro hombro —explica.

—Bueno, técnicamente es así… De todos modos, ¿no le explicaste que no es así? ¿No le dijiste la verdad?

—No me dio tiempo, no me dejó ni hablar, solo hablaba él y se terminó cabreando, soltando un montón de m****a hasta que se fue sin dejarme decir una palabra —En su mejilla comienzan a rodar nuevas lágrimas, las cuales Tony se hace cargo de ellas.

—No llores; es un idiota machista, cavernícola y primate —Le sonríe y ella le devuelva la sonrisa, pero no con tanto fervor.

— ¿Qué voy a hacer? No puedo dejar que él piense que estoy esperando un hijo de otro hombre —habla sorbiendo su nariz.

—Entonces ve y cuéntale la verdad.

— ¿Cómo voy a hacerlo si ni siquiera me deja hablar? ¿Cómo hago para que me escuche? No lo viste, no viste como hablaba y hablaba sin darme la oportunidad de explicarle.

—Bien; si es así, te plantas, sacas esa leona que sé que tienes enjaulada ahí dentro —dice apoyando su dedo índice en el pecho de la joven—, y le dice: "Hey, idiota sin cerebro, más vale que me dejes hablarte y explicarte como son las cosas o lo llamo a Tony y lo hago venir con su cuchillo jamonero" —recita haciendo una mal imitación de la voz de Sofi—. Entonces le cuentas todo y después si quiere irse igual que lo haga y como dice Sole "que la chupe" , y si quiere seguir, bienvenido sea —Sofi muere de risa por el parloteo de Tony, era obvio que ya la estaba haciendo sentir mucho mejor.

—Eres único, Tony.

—Lo sé —contesta con suficiencia—. ¿Y bien, qué vas a hacer? —interroga moviendo las cejas con gesto divertido.

—Voy a ir a tratar de hablar con él —murmura.

—Con esa actitud no vas a lograr nada, querida. No digas que vas a tratar, di que vas a hacerlo y dilo en voz fuerte y clara.

—Bien; voy a hablar con él, voy a hacer que me escuche y si no, lo ato a la pata de la mesa hasta que se digne a hacerlo —dice segura y con un poco de agresión, la cual no hacía falta.

—Bien, así se dice y más vale que lo hagas porque si no, yo mismo te voy a atar —amenaza para luego abrazarla.

 

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