Luego de hablar con Gaby, Ian reunió la otra parte de su promesa y llamó a Lina sin dejar pasar más tiempo, la chica de su primo contuvo el aliento, mientras el rubio le explicaba todo lo que había pasado, al tiempo que se dirigía al hospital para llegar a su mujer. Lina estaba mirando alternativamente entre Mateo y Aye que estaban en un claro desafío de miradas.
—Ian —murmura Lina en cuanto él terminó de ponerla al tanto de todo—, yo me encargo de Mateo, ve al hospital y quédate con ella y, por supuesto deja que Gaby encuentre al hijo de puta ese.
—Lina, sé que debo estar con mi mujer, pero quiero tener a ese hijo de puta en mis manos y hacerle el mismo o más daño del que le hizo a Sofi.
El rubio no puede ocultar la furia que siente y también la culpa, porque él debería haberla acompañado, no debería haberla dejado sola para que buscara lo que le faltaba, él debería haber insistido cuando ella le dijo que iría por su cuenta, era deber de Ian cuidar de su familia, proteger a su muj