Capítulo 75. El camino al infierno puede ser dulce
Irina estaba conversando con su madre, Olga se sentía esperanzada porque el tratamiento y las terapias comenzaron a hacer efecto. Era de tarde y los niños habían regresado del colegio, ambos harían la tarea con Olga, pero antes ella les permitió jugar un rato al aire libre después de almorzar.
El teléfono celular de Irina sonó y ella se alejó del barullo de los niños al percibir que era algo importante.
—Sí, bueno… Es Irina Foster.
— “Sra. Foster, le hablamos de Raíces de vida, clínica de fertilidad, es para notificarle que no ha sido cancelada la cuota correspondiente a la preservación de óvulos. ¿Desea continuar preservando los óvulos?”
Irina no sabía qué decir, siempre pensó que algún momento sería indicado para tener otro hijo, pero ahora no estaba en sus planes.
—Es que mi esposo murió, él se encargaba de los pagos y finanzas.
— “Comprendo, lo siento mucho, quizás debería cancelar la cuota y pensarlo, no es una situación fácil” —respondió su interlocutora con a