Capítulo 59. Culpables de nuestras ficciones

Alex se echó a reír.

—Puede que esté delirando, pero respóndeme algo Irina ¿por qué te caigo tan mal?

—No me cae mal —respondió Irina de forma violenta.

—Creí que habíamos quedado de acuerdo en que era mi enfermera…

—Venía a ver como estaba, pero vi a Ema correr con las tijeras.

—Te perdono, porque fue por atender a mi hija que me olvidaste, aunque para qué negarlo, me entristece que no esté pendiente de mí.

Irina hizo una mueca inconforme.

—Le dije que lo mejor era que le realizaran una limpieza quirúrgica y volvieran a suturar la herida.

—Y yo te dije que no iría al hospital a escuchar como mis subordinados me reclaman y hacen hincapié en lo mal paciente que soy, contigo tengo suficiente regaño.

—Sabe que debería ir, pero de nada sirve que se lo diga si no me hará caso.

— ¿Estuviste hablando con nana Tita?

— ¿Por qué?

—Ya hablas como ella, tenía esperanza de que hubieran comentado mi situación y se hubieran preocupado por mí.

—Dr. Salvatore, s
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