Capítulo 31. Cuando una puerta se cierra

Irina estaba profundamente dormida, hasta que su olfato detectó aroma a comida ligado a la colonia de Rachel.

—Despierta hermosa.

—Irina abrió los ojos, sintió que el cuerpo estaba agarrotado, trató de estirarse y gimió de dolor.

Observó por la ventana de su habitación y estaba oscuro.

—Está amaneciendo…

—En realidad está anocheciendo, dormiste todo el día, quiero que comas un poco.

Irina se sentó de golpe en la cama, tenía una bata de casa puesta y se sentía con la mente embotada y confundida.

— ¿Qué? No lo puedo creer, ¿Ryan?

—Está perfecto, cuando llegaste a casa en una condición deplorable debo añadir; menos mal que te iba a proteger el detective de pacotilla —Rachel como siempre no pudo quedarse callada ante lo que ve como injusticia—, te evalúe y te di un somnífero para que pudieras descansar, me quedé con tu madre y Ryan. Y hoy regresé, tu madre me quiere adoptar y estoy que me dejo.

Irina pasó la mano por su cabeza, sintió un bulto atrás, era doloros
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