La Bienvenida De La Corte
Cuando el carruaje se detuvo en la entrada del castillo, Aria se volvió hacia su hermano y con una inclinación de cabeza le indicó que la siguiera. Roman rodó los ojos con resignación, pero no protestó mientras se alejaban por los pasillos.
- Supongo que esto será una de esas charlas largas, ¿verdad? - murmuró con ironía.
- Solo si eres más lento de lo que creo. - replicó Aria con una media sonrisa.
Mientras tanto, Damian descendió del carruaje junto a Alessia y Renard ya los esperaba. El veterano consejero caminó a su lado con paso tranquilo, pero había una chispa de aprobación en su mirada cuando habló.
- Has hecho bien hoy, mi señor. - dijo, sin rodeos.
Damian lo miró de reojo, sin saber exactamente a qué se refería.
- ¿Por qué lo