POV Alaia:
No sabía si era correcto llevarme toda la ropa, considerando que toda me había sido regalada por Lombardo. Bueno, me llevaría una parte y la otra la dejaría; después de todo, al fin... soy libre.
No me cabía tanta emoción y casi chillé de felicidad al imaginarme siendo libre. Aunque fuera un hecho innegable, aún no lo creía. No fue necesario huir, no fueron necesarios planes complicados; Lombardo simplemente se aburrió del harén y lo disolvió, dejando libres a las mujeres que allí estaban.
Sonreí de oreja a oreja y me apresuré a terminar de empacar. La verdad, no tenía idea de qué haría después. Según Lombardo, daría cierta cantidad de dinero a cada mujer para que empezara de nuevo su vida donde prefiriera, y eso me llenó de esperanza. Pronto dibujaría la vida que deseaba vivir. Empezaría una nueva historia.
Tomé la ropa con cuidado y la doblé dentro de la maleta. No sería necesaria tanta ropa, creo que dejaría la gran mayoría de las cosas, pero no me importaba. Lo único qu