POV Alaia:
Esa respuesta tan simple y escasa me deja intrigada porque puede tener tantos significados. Un enigma claro puede esconderse detrás de esas palabras, pero la respuesta es incierta. Estoy confundida.
La señora Nina, notando mi confusión, se acerca y en un susurro bajo y conspirador musita:
—Si es inteligencia lo que hay en sus cabezas, las mujeres de Lombardo podrían conseguir tener el mundo entero a sus pies. ¿Logra entender? —Niego con la cabeza. Es confuso, no logro entender—. Pronto entenderá lo que es capaz de hacer un hombre enloquecido por la dueña de sus deseos. Un hombre así renuncia a su vida si con eso hace a su mujer feliz.
Aquella sonrisa fría desaparece y ella reanuda su paso firme, haciendo que yo la siga apresuradamente. Sus labios continúan recitando reglas frías y estrictas, pero mi mente se encuentra atrapada en lo último que ella dijo.
No, no me interesa tener el mundo entero y tampoco me interesa la atención de un hombre como Lombardo. Estaré a salvo si