KAIN (El beta)
No me puedo creer que lo primero que haga al poner un pie en la Orden sea buscarla a ella.
A esa pequeñaja.
Me digo que no es prudente, que no es el momento, pero da igual: no puedo evitarlo.
Cuando me enteré de que la habían metido en prisión, lo único que quise fue verla. Saber si estaba bien. Quiero estar con ella, aunque fuera un instante. Pero pedir permiso nunca fue una opción. No en estas circunstancias. Aparecer exigiendo una visita para ver a una sospechosa de asesinato y traición solo habría levantado sospechas… y ahora mismo, eso es lo último que la manada Sangre Carmesí necesita.
La manada de Kevin se lleva bien con la Orden. Bueno, bien es decir mucho. Hay colaboración, sí, pero siempre en privado, en las sombras, donde nadie pueda señalar con el dedo. El apoyo de Carlisle nos favorece, pero eso no significa que tengamos poder aquí. Mucho menos que yo pueda entrar y salir de la Orden a mi antojo, y ni hablar de que me concedan una visita para ver a una so