Leonardo
Se llevaron a Bel a una sala de interrogación, mientras Carlisle intenta averiguar exactamente qué ha sucedido, usando métodos que dejan mucho que desear. Debo reconocer, sin embargo, que el chantaje y el dinero siempre han demostrado ser increíblemente efectivos para este tipo de menesteres.
Me acerco a él y mi maestro lanza un hechizo para que nuestra conversación no sea escuchada por nadie que no seamos nosotros dos y comienza a hablar:
—Leonardo, parece ser que un tal Roque, un guardia de la prisión, empezó hace unos días a tener náuseas y después, el hombre no ha parado de vomitar, delirar y tener pesadillas...
—¿Y?
—Parece ser que esos son síntomas tardíos de la ' mágia de posesión' que solo los Nigromantes pueden realizar...
—¿Alguien ha comprobado si en su cuerpo hay restos de magia oscura?—digo un poco de mal humor, porque ya me imagino de qué va esto.
—No, que yo sepa. El supervisor del guardia en cuestión, alertado de los síntomas de su subalterno, llamó a