Gema
Estos días hemos estado realizando servicios de vigilancia y hoy no iba a ser diferente. Antes de irnos, cenamos en silencio durante un rato, pero cuando Bel se recuesta en la silla y deja el tenedor en el plato al terminar, su tatuaje, una calavera oscura en el cuello, capta mi atención bajo la luz tenue del comedor.
—¿Qué significa el tatuaje? —pregunto al fin, señalando la marca con la barbilla.
Bel me mira, y una sonrisa divertida se dibuja en sus labios.
—Es la marca del nigromante.— hace una pausa y continua—. Si tu magia es del tipo nigromante, aparece solo. No naces con él, ni tampoco te lo hacen —responde con un leve encogimiento de hombros.
—¿Entonces tu magia no es del tipo nigromante desde tu nacimiento? —le pregunto, intrigada.
—Sí y no —contesta, jugando con el vaso de agua—. Algunas magos logran transformarla en algo más ‘puro’…—hace una gesto con los dedos enfatizando las comillas en la palabra puro—. Digamos que mi familia está orgullosa de que seamos Nigromantes