Dante
Ha pasado ya una semana desde que hice a Anabela mía mi niña.
Pero mi madre no me deja verla. Siempre intento acercarme a la habitación, pero mi madre está ahí o mi hermana y no puedo.
Todos estos días he tenido que dormir en otra habitación. Todas las noches pienso en el recuerdo que tengo de cuando estuve con Anabela y mis ganas crecen. Siempre en las mañanas, despierto con miembro duro y antes de dormir también.
"Tengo muchas ganas de hacerla mía".
Necesito ver a mi niña, me arreglo, mando comprarme algo de ropa de mi gusto, me pongo una camisa oscura y unos jeans negros.
Intento fingir que voy a salir; intento encontrarme a mi madre de casualidad para llevar acabo mi plan. Acabo de ver a mi madre que viene por el corredor; salgo camino para encontrármela.
—¿Hijo vas a salir? —me mira mi madre de pies a cabeza.
—Sí, voy a salir; necesito arreglar unos negocios de la mercancía —es mentira, pero intento que suene real.
—¿A qué hora regresaras? —pregunta mi madre.
—No lo sé en l