Mateo
Estoy de pie frente a este hombre, Vladímir. Me apunta con el arma. Tengo que hacer algo; sé que esta guerra no la podré ganar. Tiro mi arma al piso y la pateo con el pie lejos de mí. Levantó las manos en señal de rendición.
—Por favor, déjame ir, yo no tengo nada que ver en esto —le explico y veo cómo me mira atentamente.
—¿Y cómo te voy a creer si estás del lado de los Ferrara? Todo amigo de ellos es enemigo mío —me respondió y veo que está a punto de dispararme.
—Yo ayudé a tu esposa cuando estuvo en el club. —Veo que su expresión cambia.
—¿Tú quién eres? —me preguntó mirándome atentamente.
—Mi nombre es Mateo —le digo y veo que está algo distraído y salgo corriendo. Escucho un disparo y eso hace que corra más.
Salgo del lugar, me mantengo a una distancia segura. Pasan los minutos y veo que por fin se marchan todos. Verifico que no se encuentre nadie y se aproxima de nuevo a la bodega.
Entro por la entrada que está hecha pedazos, camino hacia adentro, veo cuerpos por