LARS
Y al día siguiente explotó todo.
En el pasado, pensé que un día como este me dolería, que me sentía muy asustado, pero eso no estaba pasando en estos momentos.
Mientras veía un artículo tras otro que Jasper me enviaba, con titulares como «¿El futuro Duque encontró su amor?», «El Duque y el Magnate, una combinación hecha en el cielo», o «Amor entre los tubos de ensayo. El futuro Duque de Arenberg y el magnate farmacéutico, Ulrik Jantzen, encienden las alarmas del amor», y otros más preocupantes como «La homosexualidad en la nobleza de Hiraeth… ¿está permitida?», no pude evitar llenarme de una sensación de calidez y una fortaleza que me hicieron mantener la cabeza en alto.
Mi celular estaba que reventaba con notificaciones de menciones en mis distintas redes sociales, mensajes y llamadas perdidas, pero solo le contesté a Casper y a Joris porque, bueno, eran mis mejores amigos.
—Veamos cómo va todo hoy. Si es demasiado, volveremos esta noche a tu departamento —me dijo Ulrik, que ten