Andrómeda es una chica temerosa a enamorarse nuevamente. Antoni es un hombre con unas profundas ganas de enamorarla, tanto fue lo que lo intento que logra su cometido. Pero por desgracia ella lo rechaza por miedo a ser nuevamente lastimada y termina por alejarse de él. Pero desde luego que este sexy griego no para de buscarla hasta encontrarla ¿Rechazarías a un sexy griego? ¿Lograran estos dos estar juntos al fin? Andrómeda se dejara vencer por sus miedos internos y malas experiencias en el amor. Si quieres saber más, te invito a leer esta interesante historia y descubre cómo se desarrolla el amor entre este sexy griego enamorado y una chica tímida y temerosa a volverse enamorar.
Ler maisEran pasadas las cinco de la tarde en Colorado Springs, una pequeña localidad que se encontraba en la base de las montañas rocosas. Esa tarde era fresca, y Andrómeda estaba sentada en la inmensa cama de su novio Fernando, lo había conocido hace un par de años en la biblioteca, en la que actualmente aun trabajaba como acomodadora de los libros en otras palabras ella era una bibliotecaria.
En fin, cuando lo vio por primera vez esa tarde estaba completamente mojado gracias a una gran tormenta que se había desatado ese día.
Era la primera vez que lo había visto en su vida, y sintió como su corazón vibro con entusiasmo, era tan guapo y galán. Su atractivo rostro la envolvió de una vez invitándola a que lo besara, se enamoró a primera vista del chico, no tendría muchos años de diferencia era lo mejor de todo. Lo miraba mientras organizaba las estanterías, faltaba menos de una hora para cerrar, pero con tal tormenta era más que seguro que estaría por más horas trabajando. Lo observo por un rato más.
Él estaba de brazos cruzados viendo por el enorme ventanal de la entrada, el caer de la lluvia. Tuvo que haberse aburrido porque se encamino hasta los libros buscando en que entretenerse. No es que ella fuese muy atrevida pero debía hacer algo, se acercó por el otro lado llevando en manos algunos libros que realmente tenía que acomodar en esa repisa. Estaba nerviosa ¿y quién no? Pero ese era su trabajo acomodar libros no estaba haciendo nada malo, llego muy cerca de él colocando algunos libros en la repisa.
—¡Buenos libros! Dijo el mirándola con una sonrisa de medio lado.
—Si en efecto. Dijo mirándole, para luego volver la vista a los libros. –Bueno si lo que te gusta es la antigua historia de Grecia.
—Claro que sí, es realmente fascinante.
Le gustaba leer, era un punto a su favor porque ella amaba leer, adoraba los libros y mucho más cuando se trataba de historias antiguas. Que más pruebas de su propio nombre.
—Bueno te lo recomiendo, mientras pasa esta tormenta tendrás en que entretenerte.
Sentía la mirada del joven recorrerle por todo el cuerpo, ¿no le iba a decir nada más? Termino por acomodar el último libro ya no tenía excusa para permanecer más allí.
—Si eres tu quien me lo recomienda lo leeré. Dijo tomando el libro entra sus manos.
—¡Me alegro! Le dijo mirándolo.
—Entonces ¿trabajas aquí?
—Sí. Ese fue un sí muy débil y bajo.
—¿Cómo te llamas?
—Andrómeda.
—Que interesante tu nombre, tus padres son amantes de la historia griega ¿no es así?
—De hecho sí.
—De tal padres tal astilla. Dijo sonriendo.
Esa vez sonrió más abiertamente al menos tenía sentido del humor a parte de su increíble atractivo.
—¿Cómo te llamas tú? No creo haberte visto por aquí.
—Fernando, y la verdad es que llegue hace dos semanas con mis padres, ya sabes el chico nuevo.
—Pues, bienvenido chico nuevo.
Los dos se dieron una mirada de complicidad y desde entonces el la visitaba con mucha frecuencia a la biblioteca. Hasta que una buena tarde la invito a salir, tras esa cita llegaron muchas más. Andrómeda estaba más que feliz saliendo con Fernando, era el chico perfecto, atento y caballeroso. Luego de un año teniendo citas y muchas charlas al fin le pidió que fuera su novia y desde luego que ella acepto encantada.
Toda la relación era demasiado buena, sus padres la aceptaban y los de ella lo aceptaban a él. Eran una pareja ideal, ¿Qué más podía pedir? Ya había transcurrido mucho tiempo desde que se habían hecho novios. Ese día estaban de aniversario y el por supuesto la invito almorzar en su casa, ver películas y jugar video juegos. Ella lo sabía, era algo un poco infantil, pero era lo que a ambos les gustaba. No se sorprendería que un día él le propusiera matrimonio, eran adultos y ambos trabajaban.
En fin, el día había transcurrido excelente, y esa tarde era maravillosa en todos los sentidos, ella lo observaba mientras colocaba el CD del juego nuevo que había seleccionado.
—Insisto este juego es muy aburrido amor. Le dijo el joven.
—Ya verás que no.
Suspiro mientras se sentaba en la cama nuevamente, cada uno tenía un espacio prudente. Él siempre la respetaba incluso cuando se besaban con intensidad, nunca se sobrepasaba con ella y eso le encantaba. Porque aún no se sentía preparada para dar ese paso, y al parecer Fernando tampoco tenía mucho apuro. Sus padres no estaban ese día, habían salido de viaje y regresaban en una semana. Al principio le dio miedo pasar el día entero a solas con él, pero confiaba en que se portaría como un buen muchacho.
—Sabes estoy aburrido de jugar.
—Solo tenemos una hora jugando cariño. Ella ríe apretando los botones del play como loca.
—Siempre jugamos, hagamos otra cosa. El detuvo los dedos dejando el control en la cama para luego mirarla. Ella lo imito.
—¿Qué clase de cosas? Pregunto pestañeando.
Se arrimó hacia ella besándola en los labios, era muy distinto a otras veces, con mucha urgencia. Ella respondió, claro era su novio era natural que lo hiciera pero aun así le pareció muy extraño que la tomara así. Sus manos bajaron hasta su cintura, ella comenzó a calentarse mientras el, la bajaba hasta sus nalgas y las apretaba con fuerza. No sabía cómo, pero él se encontraba encima de ella tratando de abriera las piernas pero ella lo impidió.
—¡Espera! ¿Qué estás haciendo?
—Pensando en otra forma de entretenernos. Le decía mientras besaba su cuello.
—Hmm... Amor yo.
—Shhh… Tranquila confía en mí, seré muy cuidadoso.
—¡¿Qué?! No espera un momento, yo aún no estoy lista para esto. Le dijo mientras lo separaba de su cuerpo.
—Por favor amor llevamos un año saliendo juntos, ¿Cuándo crees que vamos hacerlo?
—Pensé que me entendías.
—Yo no quiero esperar más, ¿te guardas para el matrimonio o qué?
Por un lado ella lo comprendía, como cualquier chico tenía sus necesidades no podía estar con una mujer mientras reprimía sus instintos de hacer el amor. Pero ella aún no se sentía lista, no es que fuera una mojigata queriendo guardarse la virginidad pero si quería estar bien segura del hombre a quien se la iba a entregar.
Los movimientos de Lester eran suaves, no quería lastimarla. Sujeta por la cintura guiaba el cuerpo de su chica, era muy estrecha por dentro y eso lo enloquecía más de lo que ya estaba. Busco los labios de su novia, tomando su mentón con las manos para mantenerla pegaba a su boca. Los gemidos de esta se hicieron más intensos, Lester la penetraba con más urgencia. Sus cuerpos sudaban a mares bajo el intenso resplandor del sol. El oleaje de la marea ayudaba bastante, le permitía llegar mucho más profundo en el interior de ella. Hasta que sintió como las paredes vaginales de Casiopea contraerse, dejando salir su lado salvaje. La chica gemía de placer. Subiendo y bajando rápidamente sobre su pene… aferro ambas manos sobre sus hombros mientras se corría sobre él. Lester pudo sentir como un líquido tibio decencia por su miembro. ¡Cielos! Era la gloria, ella lo era. No se pudo resistir más, termino por explotar vaciándose en el interior de su mujer. Propinándole las últimas
—No puedo creer que me convencieras de hacer esta locura a mitad de semana… sabes que tengo mucho trabajo Lester. Papá te asesinara.—Casi no te veo, Antoni te acapara toda. Es injusto mi amor.—Sabias en lo que te metías conmigo hace un año, no soy una chica fácil. Tengo muchas responsabilidades que no puedo delegar.—Pero también conmigo soy tu novio, preciosa. Necesito de tu compañía para variar.—Llevamos dos días en alta mal, mañana me tienes que regresar.—Es un trato. Sonríe.Se inclina sobre su novia quien se encontraba sentada en el enorme sofá blanco que poseía su yate. Ambos bebían champagne, y disfrutaban de una agradable tarde. Los chicos llevaban un año de novios, teniendo citas cada vez que Casiopea tenía tiempo.Pero Lester ya estaba cansado de tener que verla solo por algu
—Bien… muy bien. Le dice retrocediendo dos pasos.Lester se aleja de ella… Casiopea aplana los labios da la vuelta para marcharse a su casa. Debía ser más racional. No podía hacer lo mismo que había hecho Valery, su padre pasó años molesto porque se casó con un hombre demasiado mayor. Y ella repetía sus pasos, le agradaba Lester. ¿Qué pasaba con las mujeres de esa familia?Tres meses después…Casiopea llegaba a la casa de su hermana, quien ya había dado a luz a una hermosa niña llamada Estrella. La peli negra tomo la decisión de acompañar a su hermana por unas semanas así la ayudaría con el bebé. Y por otro lado descansaría de la empresa, aunque en esos meses no había visto a Lester. Ni se acercó por aquellos lados.—¡Estoy feliz de que estés aquí!&md
Ella sabía que debía moverse, salir corriendo o mejor aún empujarlo… pero sus malditas pernas no estaban obedeciéndola. Simplemente se quedó allí, permitiendo que Lester se acercara a ella tanto que sus rostros ya estaban solo a un pequeño suspiro de un beso.Este aspiro profundamente llenándose del aroma de Casiopea… cerro los ojos un momento para luego volverlos abrir.—Definitivamente me gustas… solo estaba esperando el momento en que te separaras de tu padre para tenerte solo para mí. Espero que esto no te moleste.Termina la última palabra para luego probar los labios inocentes de Casiopea… quien tiembla ante el contacto carnal de ese hombre. Era su primer beso, un beso real… el de un hombre adulto. La peli negra cerro los ojos, dejándose arrastras por esas emociones que comenzaban a surgir en su interior.Deslizo las manos por el cue
—Entonces la niña de la casa tiene coche propio. Ella se gira para ver a Lester subiendo las escaleras de la entrada del edificio.—¡Buenos días, señor Lester! ¿Qué lo trae por aquí? No recuerdo a mi padre decir que lo visitara con mucha frecuencia, de hecho hasta pensé que casi ni se pasaba por aquí. Responde dándose la vuelta para entrar en la empresa.—Bueno, no debes culparme por querer saber cómo marchan mis negocios. Responde siguiéndola muy de cerca.—Le confirmo que todo está muy bien, le recuerdo que mi padre sigue siendo el jefe. Apenas solo soy su asistente. No tiene por qué estar viviendo todos los días. Lo mira de reojo.Lo pilla medio sonreír… todo le causaba gracia a ese sujeto, y porque tenía la sensación que solo iba hasta la compañía cuando su padre no estaba. Ese
Casiopea tiro las carpetas sobre su escritorio, cuando de pronto una voz masculina y bastante ronca hablo. —Así que serás la nueva jefa. La chica miro a Lester parado en el marco de la puerta atraviado con su traje gris y ambas manos dentro de los bolsillos, era tan ególatra. —Si. Y espero que eso no es un problema para ti. —¿Por qué? ¿Porque eres mujer? yo no tengo problema por eso, lo único que me intranquiliza es que eres demasiado joven para que tu padre delegue todo su poder a ti. —Como ya te dijo mi papá, estaré lista para cuando llegue ese momento. Esta lo fulmina con la mirada. Lester amusga los ojos, luego los lleva a mirarla de abajo hacia arriba… ese día se había puesto una falda de corte alto conjuntamente con una blusa de chiffon color salmón. —Ya veremos si resultas no ser tan niña después de todo. La chica frunce el ceño pensando que ese sujeto era un pesado. Por desgracia era un accionista, aunque no estaba segu
Último capítulo