—Bien… muy bien. Le dice retrocediendo dos pasos.
Lester se aleja de ella… Casiopea aplana los labios da la vuelta para marcharse a su casa. Debía ser más racional. No podía hacer lo mismo que había hecho Valery, su padre pasó años molesto porque se casó con un hombre demasiado mayor. Y ella repetía sus pasos, le agradaba Lester. ¿Qué pasaba con las mujeres de esa familia?
Tres meses después…
Casiopea llegaba a la casa de su hermana, quien ya había dado a luz a una hermosa niña llamada Estrella. La peli negra tomo la decisión de acompañar a su hermana por unas semanas así la ayudaría con el bebé. Y por otro lado descansaría de la empresa, aunque en esos meses no había visto a Lester. Ni se acercó por aquellos lados.
—¡Estoy feliz de que estés aquí!
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