Narrado por Caroline
El eco de mis tacones en el pasillo de la oficina de Salvatore Enterprises aún me ponía nerviosa, incluso después de solo tres meses aquí. Era nueva, fresca de la universidad con un máster en administración y ambiciones que ardían como fuego. Adrián Salvatore, el jefe, el magnate, era el centro de todo. Desde el primer día, cuando me entrevistó personalmente, su mirada me atrapó. "Caroline Mejía, tienes potencial", me dijo con esa voz profunda, segura, que me hacía imaginar cosas que no debería. Enamorada. Sí, lo estaba. Locamente. Él era casado, claro, con Isabela, esa mujer perfecta que aparecía en las fotos de la mansión, dueña de todo lo que él tenía. Pero yo veía las grietas: sus ojos cansados en las reuniones, las llamadas cortas con ella que terminaban en suspiros. Quería ser yo la que lo salvara, la que lo tuviera. Para eso, tenía que destruir su matrimonio.
El viaje a Nueva York fue mi oportunidad. Adrián me eligió como asistente para el equipo, a pesar d