ADELAIDA:
Raizel me mira mientras somos llevados por estrechos y oscuros pasillos que conectan con el palacio.
—Estoy bien.
Murmuro y este asiente mirando mi vientre para luego volver a mi rostro.
—Estaremos bien.
Murmura transmitiendo seguridad y yo asiento.
—Lo sé.
Mi voz sale baja y el lobo asiente mirando a todos lados.
—Tenemos que librarnos antes de llegar a nuestros destino.
—Estoy de acuerdo… Pero ¿Cómo lo haremos?
—¡Silencio!
Uno de los demonios habla haciendo que me sobresalte de mi lugar.
—¿Por qué no vienes y me callas tú?
Lo desafía mi lobo y lo miro con los ojos bien abiertos.
—Raizel…
—Con gusto cerraré tu boca sucia perro.
Dice y mi lobo gruñe haciendo que el demonio se acerque a él para golpearlo, pero es detenido por James.
—Ya basta, es suficiente.
Dice y el demonio lo mira para luego asentir y continuar con el camino.
—Continúen caminando.
Dice James y Raizel alza las cejas.
—No lo puedo creer… ¿Ahora obedecer órdenes de un demonio?
Le pregunt