ADELAIDA:
Mis pies se mueven solos por una hermosa playa y me detengo para mirar el horizonte, siento tanta paz y tranquilidad que podría quedarme aquí por resto de mi vida.
—Es hermoso este lugar ¿Verdad?
Una suave voz me hace girar el rostro y observo una hermosa mujer vestida de blanco.
—Si, es muy hermoso, aquí podría quedarme por el resto de mi vida.
Hablo con una sonrisa y ella me mira para luego mirar hacia el horizonte.
—Lo sé, pero no perteneces aquí, hay personas muy importantes que esperan por tí querida.
—¿Por mí?
Pregunto confundida y ella asiente con media sonrisa.
—Ese lobo se atrevería a venir hasta aquí a buscarte… Eres una ninfa con mucha suerte, hice bien en unirlos a ambos.
Sus palabras me confunden y frunzo el ceño.
—No entiendo de qué hablas.
Le respondo y ella me mira sonriendo otra vez.
—Pronto lo entenderás, ahora debes de volver y ser feliz junto a tu familia, y tú gente que te ama.
Su voz se va haciendo cada vez más lejana y veo como todo va desapareciendo l