—Si logras comprometerte con Giovanni y ser su esposa, nuestra familia va a estar en otro nivel —dijo la mamá de Araceli.
—No creas que te estás rebajando. Dicen que las mujeres le tienen miedo a los hombres que no dejan de insistir, pero la verdad es que también los hombres le tienen miedo a las mujeres que no se rinden.
—Y más un hombre como Giovanni. Es distante, difícil de conquistar. Pero si llegas a conquistar su corazón, serás muy feliz. Sus sentimientos van a ser fuertes y profundos —añadió.
—Mamá, ya lo sé. No te preocupes, no me voy a rendir. Lo que siento por Giovanni es especial. No es fácil encontrar a alguien que me haga sentir así. Esto es el destino. Estamos hechos el uno para el otro —respondió Araceli, tranquila.
Jacob y su mamá asintieron satisfechos. Sabían que ella siempre sabía lo que hacía.
Araceli subió a su cuarto para cambiarse. Al quitarse el abrigo, se le quedó al descubierto la muñeca. Inmediatamente, sintió ese calor en la zona que Giovanni había tocado.
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