Las pruebas eran bastante claras, pero lo que no tenía aún era la certeza de la persona que podía estar involucrado en todo el asunto o quizás era entre varios, sin embargo algo era seguro, no saldría de esa empresa sin antes dar a conocer el nombre del estafador.
- Señor Alessandro, se puede? – Mary asoma la cabeza por la puerta de su oficina – lo esperan.
- Quién? – tenía muchos temas que atender en este preciso momento.
- La señorita Andrea, dice que tiene algo urgente que hablar con usted – siempre tiene algo que decir.
- Dile que estoy un poco ocupado que si puede pasar después—Mary no se va sino que me ve de manera insistente.
- No creo que sea conveniente rechazarla jefe – quizás tenga razón, pero me quita tiempo – además usted sabe que ella no aceptará un no por respuesta.
- Muy bien Mary, dile que en cinco minutos la atiendo.
Con esa respuesta ella queda más conforme y se retira, mientras yo guardo todos los documentos y comienzo a hacer la lista de las personas que pu