Todo el camino fue en completo silencio y no porque él no intentará comunicarse era que no tenía ánimos de hablar, tenía los pensamientos confundidos y él no me estaba ayudando en nada para resolverlos, solo me daba dolores de cabeza l actitud que tenía así que decidí callar y esperar a llegar a la casa.
Llegamos y fui directo al jardín para sentirme un poco mejor y estar en contacto con mis animales que siempre estaban dispuestos a recibirme con amor, mientras Alessandro se paseaba por la cocina, pero yo sabía que estaba esperando el momento exacto para conversar aunque yo estaba dándole largas al asunto.
- Lucia puedes venir? – lo único que podía hacer era respirar profundo e ir hacia la sala de la casa – vamos a sentarnos y hablamos un poco.
- No sé si tenga ánimos de hablar en este momento – ignora lo que digo y me ofrece una silla para que me siente frente a él.
- Lo que hice no estuvo bien – fue la primera frase coherente que le escucho decir en varios días – sé que no tengo