Mundo de ficçãoIniciar sessãoCinco bocados. Eso fue lo máximo que pude comer.
Sabiendo que Dylan jamás se negaba a un buen plato de comida caliente, se lo llevé a la sala. Recogí el plato usado que dejara en la mesita y lo reemplacé con el que yo apenas tocara y una cerveza.
Él me obsequió otra gran sonrisa y me sujetó una mano antes que me apartara, jalando para que me inclinara hacia él.
Su beso sólo me hizo sentir peor, aunque logré disimularlo y le devolví la sonrisa.
—Voy a ducharme —dije
—Te espero en la cama —respondió con un guiño.
Asentí revolviéndole la melena rubia, eternamente alborotada, y al fin pude dirigirme al dormitorio. Lo primero que hice al entrar al baño fue cerrar la puerta a la sala. No quería interrupciones. Dylan podía usar el bañito de servicio hasta que yo terminara de bañar







