Mundo ficciónIniciar sesiónEstaba sentado a la mesa de cara a los ventanales, la computadora abierta ante él, una tablet y un teléfono al alcance de la mano, el tipo alzó la vista cuando entré y me indicó que fuera a sentarme frente a él. Obedecí sin atreverme a formular ninguna pregunta.
—Buenas tardes, señorita Walsh —me saludó con el mismo tono distante y desapasionado de la otra vez—. El señor Ellis está ocupado, de modo que aprovecharemos su presencia para que firme unos documentos.
Me tendió la tablet mientras hablaba, un texto en pantalla titulado Acuerdo de Confidencialidad.
—Tómese su tiempo para leer, por favor —agregó incorporándose.
Una vez más, obedecí en silencio. El tipo se incorporó, dejándome perdida en un laberinto de palabrerío legal para servir dos cafés en sobrios tazones negros con el l







