Cerré los ojos mientras sus manos me recorrían, mi corazón latiendo con fuerza pero a un ritmo pausado en mi pecho bajo sus caricias.

La ropa que me enviara venía acompañada por una nota escrita a mano. “Viste este conjunto para venir a trabajar.”

Su letra me había recordado la tarjeta que encontrara con la ropa nueva después de la fiesta de fin de año de la empresa, y me pregunté si era posible que hubiera pasado aquella noche con él.

Descarté semejante ocurrencia de inmediato. Para empezar, no recordaba haber visto a nadie siquiera remotamente parecido a Big Sallie en la fiesta. Y hoy día es tan raro ver texto escrito a mano, que era lógico que la letra manuscrita me resultara similar, simplemente porque estaba inclinada hacia la derecha. No había conservado la otra tarjeta, pero estaba segura de que si pudiera compararlas, no me costarí