Que la gloria de los dioses me salvé, porque siento que voy a morir en este mismo instante.
Jamás me cuestioné qué tan peligroso podría ser ver directo a los ojos a alguien, después de todo es una completa locura pensar que eso es algún tipo de riesgo.
Hoy solo vuelvo a pensar que la ignorancia es un peligro, así como el inmenso mar que me rodea a mis alrededores, vasto y poderoso como su grandeza que nos aterra tanto y a su vez, deja maravillado a todo aquel que lo mire con detenimiento.
A pesar del miedo, disfrute de la vista, el sol ocultarse en el horizonte dando final a un día donde tantas historias fueron contadas como platillos preparados, una gracia visual que siempre agradeceré haber visto hasta qué tal belleza terminó cuando fui arrastrada a las profundidades del mar.
No sé cómo sucedió, una viscosidad tomó de mi pierna en un momento imprevisto y me arrastró hacia las aguas profundas de los mares, con tal furia y rapidez que pensé que nunca tocaría esa arena jamás vi