Por mucho que trate de demostrar valentía, no puedo mentir diciendo que no temo a los dioses.
Les tengo un gran pavor, terror absoluto.
Después de todo, ellos son superiores a mi en todos los sentidos de poder, jamás podría hacer nada contra ellos.
Lo termine de confirmar en el momento que vi a los ojos a esa mujer, un reflejo del terror de los mares. Desconozco sus títulos, sus poderes y su fama, pero ya con solo ver sus poderes soy consciente que no debe ser muy adorada por los dioses, esos seres que aman la más pura perfección y lo hermoso.
Una lástima, ella es una mujer hermosa comparada a todo lo que representa.
—¿Hola? —Entre al edificio abandonado, ese que destine para mi futuro restaurante desde el primer momento que lo ví y busque a la mujer entre el polvo y las telarañas.
Su elegancia me deslumbró de inmediato, esa forma de caminar con la espalda tan recta y con su cabello bailando en compás a cada paso solo me hizo fijar mi vista de inmediato en ella, imposible apartar la m