Emma:

¿Qué si estaba asustada? Por supuesto que sí, pero no iba a demostrar nada frente a esa mujer.

Mi vista reparó en la cabaña vieja y desgastada en la que estaba, solo había un pequeño bombillo alumbrando el lugar, lejos de mi había una mesa pero no podía ver que había encima de ella. Tamara me miraba sin ninguna expresión en su rostro, parecía perdida en sus pensamientos. Oliver seguía inconsciente sobre aquella silla y esta mujer que jamás en mi vida había visto seguía frente a mi.

—No se quién carajos eres —negué—, no entiendo cual es la venganza... ¿Que quieres?

Mi voz salía tranquila, no quería demostrarle miedo.

Ella era una mujer que parecía un poco mayor que yo, sus ojos me miraban con tanto odio y asco que no entendía una m****a porque me odiaba tanto.

—Venganza, eso quiero.

—¡Pero habla de una maldita vez! —le grité— ¡Deja los juegos maldita idiota!

Su puño se estampó en mi cara, no grité ni emití algún sonido, solo sentí el ardor en mi cara y el sabor de la sangre en mi boca. Ella me tomó bruscamente del rostro y sin pensarlo la escupí, le llene el rostro de sangre, ella se rió y me soltó, se puso de pie y se empezó a limpiar el rostro.

—Eres muy valiente Emma, no eres como la zorra de tu madre —rió—, pero no te preocupes, me encargaré de quebrar cada parte de ti hasta que no quede nada.

No estaba entendiendo nada ¿Conoce a mi madre? Pero.. ¿Cómo?

Tomó otra de las sillas y se sentó frente a mi, en sus manos había cinta adhesiva y corto un pedazo para colocarlo en mi boca, le hizo una seña a Tamara y ésta le pasó unas tijeras, mi miedo incremento pero no lo demostré.

Necesitaba saber que era lo que quería ésta mujer así poder usarlo a mi favor y salir de aquí con Oliver.

—Así estarás bien —sonrió—, voy a contarte algo interesante y quiero que estés bien calladita, tienes fama de ser escandalosa.

La fulmine con la mirada y ella solo se rió.

—Verás —encendió un cigarrillo—, hace unos cuantos años mis padres se conocieron, mi mamá jamás me quiso, pero mi papá si... El me amaba, un día, ella me dejó en la puerta de la casa de mi abuelo, yo solo tenía cuatro años cuando eso sucedió... Mi madre era una prostituta barata pero ella sabía quién era mi padre, pero como el no quiso estar con ella me tiró al abandono, pero papá a pesar de amarme tanto, ocultó mi identidad, me escondió de todo el mundo para que nadie supiera que yo era su hija.

Fruncí el ceño escuchando todo lo que decía, no tenía de otra, tenía que escucharla. 

—Pasó el tiempo y me quedé con mi abuelo, todo iba de mal en peor ¿Sabes por qué? —soltó el humo en mi cara— Porque mi abuelo abusaba de mi... Muchas noches, yo lo veía normal yo pensaba que era porque me quería mucho, después fui creciendo sabiendo que eso estaba mal.

Dió una calada a su cigarrillo y soltó el humo. Esta tipa esta desquiciada. 

—Una noche llegó a nuestros oídos la noticia de mis padres habían muerto, me dolió saberlo porque... A pesar de que el fue un maldito conmigo me quería, a su manera pero me quería.

Se levantó con las tijeras en su mano y se colocó detrás de mi, piso su cigarrillo y se sentó. Tomó mi cabello para empezarlo a cortar de forma brusca, ahí fue donde mi llanto empezó a salir junto con mis sollozos.

—No llores Emma, después crecerá, claro si es que sales de aquí.

Cerré los ojos con mucha fuerza calmando mis nervios mientras veía como los mechones de mi cabello caían a mi lado.

—Mi abuelo me contó la forma tan horrible en cómo murió mi padre, pero eso no era todo, junto con el habían otras personas, eso jamás me importó, solo quería saber porqué asesinaron a mi padre de esa forma, mi abuelo me contó que fue sodomizado, violado y quemado vivo... Les habían hecho creer a la policía que había sido mi madre quien lo asesinó. 

Terminó de cortar mi cabello y se sentó de nuevo el la silla.

—Mi dolor era tan grande... Que después se convirtió en odio —sonrió—, a mi madre se la llevaron a la cárcel porque ella había confesado que mató a mi padre y sus amigos... Al momento ella escribió una carta antes de quitarse la vida  y se la entregó a mi abuelo contando los detalles de cómo fue que sucedió todo. En esa carta decía que el culpable, fue Julian Allen.

En shock estaba ante sus palabras, no sabía como procesar todo esto. 

—Tu padre decidió matar al mío por abusar de tu madre hace muchos años... Cuando era niña me contó en la forma tan brutal en como mis padres violaron a tu madre junto con otro chico.

Definitivamente esta mujer estaba más que loca.

Recuerdo hace años que un hombre entró al departamento donde estoy viviendo e intentó abusar de mi mamá y decía que me quería llevar para hacerme lo mismo que le hicieron a ella... Entonces esta mujer es la hija de ese hombre.

—Jamás se arrepintió de hacerlo, yo lo entendía y lo amaba a pesar de todo... Por eso cuando murió, me dolió pero saber cómo fue asesinado, mi odio apareció. Mi abuelo se encargó de sembrar cada maldito día mi odio hacia los Allen, por eso decidí estudiar y graduarme para convertirme en una buena policía —volvió a encender otro cigarrillo—, con el tiempo me hice la mejor de mi clase y rápidamente ascendí a detective, pero seguía mi trabajo como policía.

Abrió una botella de agua y la bebió.

—Una noche, conocí a Tom —sonrió—, lo conocí en un bar al otro lado de Chicago, de inmediato hicimos conexión pero el era un mujeriego y quería seguir siendo libre por así decirlo —rió—, no me molestó en lo absoluto porque me daba igual como follaba, era un idiota haciendo eso —rió de nuevo—, un día le mostré una foto tuya, porque mi trabajo como detective me facilitó mucha información sobre los dueños de la constructora Allen, ahí saqué toda la información posible.... Pero Tom, me lo hizo más fácil, decidió conquistarte, ser novios por años para poder sacar información.

Ahora todo para mí tenía sentido, por eso Tom me hacia muchas preguntas sobre mis padres y yo de estúpida se las daba pensando en que quería trabajar con ellos.

—Luego todo se salió de control cuando el imbécil decidió mostrarse al mundo como un hombre casado —bufó—, entonces lo descubriste y conociste a esos tres hombres -rió-, eres igual de zorra que tú madre —negó e hizo una pausa—, me fue sencillo encontrar a Tamara para hacerles la vida imposible, pero ella se dejó llevar por sus sentimientos, entre Tom y yo secuestramos a ese niño para que llegaras a la cárcel y ¿Que crees? ¡Funcionó! Yo fui la de la idea de que te violaran en la cárcel, yo estaba con Tom cuando te hizo aquella llamada amenazándote, el idiota solo hacia lo que yo le pedía porque tenía y tengo en sus manos a su esposa e hijo.

Dios mío, todo lo que estaba escuchando, era difícil de procesar.

—Luego misteriosamente Tom murió —rió—, cosa que tú padre y tu amado Mika tuvieron mucho que ver.

Negué muchas veces, mi padre sería incapaz de matar a nadie y Mika mucho menos, por muy mafiosa que era su familia el no haría algo así.

—Pues creelo, pero eso ya no importa, Tom está muerto, pero mi plan no se detuvo ahí... Dejamos todo tranquilamente para dar mi último paso —se levantó.

Camino hasta Oliver y le agarro el cabello, su rostro estaba golpeado, aún seguía inconsciente.

—Con ayuda de Tamara, contactamos a su hermano —sonrió—, Oliver, fue muy sencillo manipularlo a través de esa mocosa —rodó los ojos—, mi plan inicial era hacer que te separaras de tus hombres pero... Me pareció estúpido, así que mi último recurso era drogarte y que el abusara de ti mientras eran grabados por mi, pero el muy idiota no quiso cooperar así que lo hice a las malas.

Le soltó el cabello y llegó hasta mi.

—En esta cabaña, violaron a tu madre, asesinaron a mi padre y es donde empezará tu infierno... Morirás de la peor forma pero antes me voy a divertir contigo —besó mi boca a través de la cinta adhesiva—, porque si, tienes un buen cuerpo zorra Allen, entiendo porque esos tres están locos por ti.

Tomó la tijera y cortó mi blusa dejando mis pechos descubiertos, empecé a temblar y a llorar, ahora sí tenía más y más miedo.

—Cuando mueras, tus padres van a sufrir tanto —rió—, tendré mi venganza Emma, Andy tendrá su venganza.

Justo ahora estaba pensando en mis padres, no podía permitir terminar así, no podía.