Axel:
~~~~~~~Estos días he tenido mucho trabajo, tanto que no he podido ver a Emma, por suerte ya era fin de semana y podré verla, ayer estuve muy ocupado con la pastelería ya que hemos tenido muchos pedidos, hoy Emma terminaba el semestre y cuando salga de la universidad vendrá para acá junto con Jessie.
Llamé a mamá para decirle que llevaré a Emma para New York unos dos días para que conozca a mi familia y por supuesto que estaba más que contenta con la noticia, le diría a mis abuelos y así organizamos una cena o almuerzo para que conozcan a Emma.
—Axel.. —Escuché a Kurt.
Encendí mi aparato ya que lo oía muy a lo lejos.
—¿Que pasa? —me limpié las manos.
—Hay un cliente abajo, dice que quiere hablar exclusivamente contigo —sonrió.
Fruncí un poco el ceño y asentí, me limpié más las manos y baje hasta la recepción, divisé a un hombre un poco elegante que estaba de espaldas.
—¿Señor? —lo llamé.
Cuando lo hice volteó, era Anton, el hermano de Mika.
—Anton ¿Que haces aquí?
—Vine a cumplir mi promesa —se metió las manos en los bolsillos—, voy a hablar con Mika.
—¿Cómo supiste dónde trabajo?
—Buena pregunta —rió—, te recuerdo que el viejo los investigó y ahora yo poseo esa información, pero no te alarmes, no vengo a buscar problemas, solo a hablar con Mika ¿Sabes dónde está? Fui a su departamento y no lo encontré.
No sabía si confiar en el o no.
—El vendrá más tarde... —asintió.
—Lo esperaré —se sentó en la barra—, pediré un postre, hace mucho que no como uno.
Sin mas empezó a ojear la carta que la chica de la barra le ofreció, al verlo me recordó a Mika, ambos tenían un cierto parecido, pero aún estaba la duda en si debía confiar en el o no.
Aún con la duda, lo deje en la barra, me fui de nuevo a la cocina para terminar mi trabajo. Me puse manos a la obra y empecé a hacer mis postres para hoy, Kurt estaba a mi lado.
—Entonces ya tengo una primita —sonreí— ¿Cómo está mi tía Nina con eso?
—Feliz hermano —sonrió—, Caroline es increíble, es hermosa e inteligente, mamá y papá están más que contentos con tenerla por fin en casa.
—Me imagino como debe estar mi mamá —reí—, ella quería tener otro hijo pero lamentablemente no pudo, pero bueno, así son las cosas.
Asintió —¿Cómo llevas la relación? Ya sabes, con Emma.
—Vamos muy bien —asintió, yo estaba batiendo chocolate—, cada día me sorprende lo bien que la llevamos, estoy planeando llevarla la próxima semana a New York para que conozca a la familia.
—Joder —rió—, esto va más que en serio primo —asentí—, los abuelos la van a adorar, Emma es una buena chica.
—Lo es.
Seguimos hablando un poco más y a la vez trabajando, después de terminar mis postres, me puse a supervisar la cocina, hace mucho que no lo hacía y pues hoy veré qué tal han avanzado. Caminé por la misma verificando que todo se haga tal cual yo quiero.
Me moleste un poco cuando algunos postres se pasaron de azúcar o de cocción, algunos se quemaron y otros quedaron crudos, definitivamente tenía que poner orden aquí.
—Si quieren seguir trabajando aquí, deben hacer las cosas bien —me crucé de brazos—, aquí no estamos para perder el tiempo o desperdiciar postres —todos me miraban—, así que pónganle más empeño a lo que están haciendo o serán despedidos, créanme que allá afuera hay muchos reposteros buscando una oportunidad de trabajar para mí —aplaudí una vez— ¡A trabajar!
Seguí en lo mío, se que Kurt ha hecho un trabajo excelente supervisando y trabajando a la vez cuando yo me ausento, pero tampoco puedo dejarle toda la responsabilidad a el porque la pastelería es mía y por lo tanto la responsabilidad es mía. Me fui a la oficina a rectificar algunos proveedores que llegarán mañana, también tengo que ver qué postre llevaré para los padres de Emma ya que pasado mañana será la cena con sus padres y a decir verdad, estaba muy ansioso por eso, ya conocía a los Allen, pero está vez será diferente ahora tengo que lidiar con ambos padres que son demasiado sobreprotectores con Emma.
La puerta de mi oficina se abrió dejando ver a mi bonita con una suave sonrisa, llegó hasta mi y se sentó en mi regazo.
—Hola guapo —besó mis labios.
—Bonita —sonreí—, cuéntame, ¿Que tal te fue en este semestre?
—¡Genial! —chilló felíz—, saque una excelente nota, más que excelente, perfecta, Jessie y yo pasamos el semestre con las mejores notas.
Ver a Emma contenta por sus logros me hace muy feliz, me gusta lo dedicada que es.
—Felicidades mi bonita, te mereces un regalo por eso.
—No quiero —negó con una sonrisa—, con que ustedes estén conmigo.. Me basta.
Como la amo, joder.
—Por cierto ¿Quien te trajo?
—Mika —se mordió el labio—, su hermano está allá abajo... Ambos están hablando, me quería quedar pero me pidió que viniera hasta aquí. Siendo sincera, no me gusta que estén hablando a solas.
—A mi tampoco, pero tenemos que dejarlos tu tranquila, Mikael sabe lo que hace..
Ella asintió no muy segura, se quedó conmigo a ayudarme con algunos papeles, me sorprende lo inteligente que es mi bonita, se veía tan hermosa concentrada en sacar cuentas.
Su cabello castaño y lacio suelto, esa blusa rosa que usaba le quedaba hermosa, no había duda de que Emma, era más que perfecta y era mía, solo mía.
No pasó mucho tiempo cuando a mi oficina entró Mika un poco serio.
—¿Todo bien? —pregunté.
—Algo así, no hablamos mucho, solo me dijo que asesinó al viejo y que iría a hablar conmigo a mi departamento.
Se sentó frente a mi y soltó un suspiro pesado.
—Para serte sincero Axel, no quisiera hablar con Anton, hay algo que me lo impide..
Emma sostuvo la mano de Mika y le sonrió.
—Mejor cambiemos de Tema ¿Si? —asentí de acuerdo con ella.
—Haré un postre para tus padres —ella asintió— ¿Tienes alguna sugerencia?
—Pues... A mis padres les gusta de todo, pero si harás algo así, que no tenga nueces o almendras por favor, soy alérgica.
—No sabía que eras alérgica —Mika beso su mano—, tendré que devolver el chocolate que te compré.
Ella rió —Lo siento.
—No lo sientas —la besó— ¿Quieres cenar?
—Ahora no —negó—, estoy ayudando a Axel con unas cuentas... no sé nada de Carlo desde ayer, quiero verlo.
Sacó su teléfono y le marcó pero no contestaba, me miró y negó, después tomé el mío y le marqué pero tampoco me contestó. Era extraño, Carlo siempre contesta las llamadas o mensajes, supongo que estará ocupado con su trabajo en la pizzería.
—Yo terminé mi turno, podemos ir hasta la pizzería, Kurt cerrará hoy temprano.
—Entonces vamos —Mika se levantó.
—Luego me ayudas con esto ¿Si? —besé su frente.
Hable con Kurt para que quedara a cargo por hoy, ya mañana me tocaría todo el día y parte de la noche trabajar para darle el día de mañana y el domingo libre, estaba pensando contratar a alguien para que se encargue de las cosas que le tocan a Kurt mientras no estoy y así poder darle aunque sea unas vacaciones de quince días, desde que está aquí ha trabajado duro conmigo y creo que se merece unas buenas vacaciones.
Salimos de la pastelería y subí a mi auto, Emma se fue con Mika y manejamos hasta la pizzería, cuando estacionamos, vimos que la pizzería estaba muy llena, ahí comprendí porque no contestaba el teléfono.
Los tres entramos y estaba muy llena, pero la mayoría eran chicas y mujeres, mire a Emma y ella frunció el ceño mirando todo por dentro.. Nos acercamos a la barra y ella tomó asiento en una sola silla que estaba disponible, nosotros nos colocamos detrás de ella. Poco después apareció Nicollo.
—Emma, niña —Nicollo sonrió— que bueno verte, muchachos.
—Nicollo, que guapo —Mika sonrió—, este montón de chicas seguramente es por ti y como no, si aún estás guapo.
Yo negué y Emma rio.
—Este muchacho no respeta —negó—, pero no, las chicas que están aquí... Vinieron por Carlo y el otro chico, Jimmy, al parecer una chica les tomó algunas fotos trabajando y recomendaron la pizzería y ya ven, funcionó, que cosa tan buena son las redes sociales.
Ahora todo tiene sentido, las chicas que estaban aquí, era por Carlo y el otro chico. Y hablando de Carlo, salió de la cocina con una pizza en la mano, la llevó a una mesa donde estaban varias chicas, todas chillaron y aplaudieron a Carlo cuando llegó, lo mismo pasó con el otro chico. Después ambos regresaron a la cocina.
Emma permanecía callada, cosa que no me gusta.
—Nicollo, quiero una pizza de doble queso con maíz por favor —Emma sonrió—, pero que me la traiga Carlo.
—Claro que si niña.
Nicollo se perdió hacia la cocina Emma se levantó de la barra y busco una mesa, la encontró y nos llevó hasta ella, nos sentamos a esperar. Nosotros queríamos reír por la cara de celosa que tenía Emma, estaba de brazos cruzados y tenía las mejillas sonrojadas.
Poco después salió Carlo, tenía cara de pocos amigos, pero cuando vio a Emma sonrió como si jamás la había visto, dejó la pizza sobre la mesa y se agachó para saludar a Emma.
—Hola mi bonita —frunció el ceño— ¿Por qué tienes esa carita?
—Por nada, mejor dame un beso ¿Si?
Ella lo tomó de las mejillas y le estampó un gran beso, escuchamos algunos murmullos de chicas que estaban detrás de nosotros.
—Estoy celosa —ella murmuró.
El rió —¿Por que?... Ah entiendo, por las chicas que están aquí —le susurró.
—Si.
—No estés celosa bonita, yo solo tengo ojos para ti, creeme que me incomoda mucho que me digan cosas que no me gustan, pero no quiero ser grosero.
—Lo se —suspiró—, ve a trabajar, tranquilo, yo te espero aquí.
El asintió y se fué. Los tres empezamos a comernos la pizza, hablamos un poco, todo estaba a gusto hasta que escuchamos a una mujer reírse sonoramente con otra. Volteamos y vimos como Carlo las estaba atendiendo, la mujer Lucia de unos cuarenta años al igual que la otra, una de ella acariciaba el brazo de Carlo y se podía notar lo incómodo que estaba pero como dijo hace un momento, no quería ser grosero.
—Vamos cariño, acepta solo un rato para mí y mi amiga —ella rió.
En ese momento nos dimos cuenta de que Carlo estaba siendo acosado por esas mujeres.
Carlo le quitó el brazo sin llegar a ser brusco, la incomodidad en su rostro era notable, se iba a alejar y dejarlas ahí por el comentario hasta que ella lo agarró del delantal y lo acercó a ella para tomarle la entrepierna y apretársela, Carlo de inmediato se alejó de ella de forma brusca.
Emma se levantó sumamente molesta y caminó a grandes zancadas hasta donde estaba Carlo.
—¡Vieja asquerosa! —le gritó— ¡¿Cómo se atreve a tocarlo de esa forma?!
La mujer se rió con la otra.
—No estábamos haciendo nada malo —se encogió de hombros.
—Eso se llama acoso ¡Acoso! —siguió alzando la voz.
—¿Acoso? —rió— ¿Quien dijo que es acoso?
—Aquí todos vimos como lo tocó sin su consentimiento —habló Mika molesto—, eso es acoso sexual.
Joder ¿En qué momento se fue hasta allá?
Siguió riendo —Solo lo toque un poco, no sean exagerados.
—Claro porque usted piensa, porque es mujer no puede acosar a un hombre —Emma bufó— señora, el acoso de quien venga no deja de llamarse así, Acoso.
—¿Tanto drama por qué lo toque? —rió sarcástica— ni que se fuera a traumar por ello —miró a Carlo—, no deberías andar con niñas, búscate a una mujer que te deje satisfecho primor.
Lo siguiente fue que Emma se lanzó encima de la señora para empezar a halarle el cabello y darle un puñetazo en la cara, me levanté rápidamente, entre Mika y yo intentamos separarlas pero no pudimos.
—¡Maldita vieja asquerosa! —gritó— ¡Por personas como tú es que el mundo está tan podrido!
—¡Emma basta! —le grité— ¡Detente!
Entonces se metió Carlo para poder separarlas y al fin pudimos hacerlo, la señora quedó en el suelo agarrándose la cara ya que Emma le dejó un golpe en el labio y varios rasguños, Emma tenia, pues cabellos arrancados de la señora.
—¡Maldita salvaje! Voy a denunciarte por esto.
Emma forcejeó en los brazos de Mika.
—¡Jah! ¡Inténtalo y verás como terminas! —la señaló.
Nicollo junto con Jimmy aparecieron en la escena.
—Se van de mi pizzería ahora —Nicollo las amenazó—, créanme que sabrán de mi más adelante.
Jimmy le tomó una foto a las mujeres y ellas se fueron molestas, ví a Emma que respiraba rápidamente, se soltó de Mika y fue hasta Carlo que permanecía callado.
—¿Estás bien amor? ¿No te hicieron nada?
—Estoy bien —sonrió un poco—, gracias por defenderme así, te amo.
Ella sonrió y lo abrazó fuertemente, definitivamente Emma tenía mucha fuerza porque aquella mujer era enorme, no cabe duda que mi bonita es muy valiente.