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Emma:

La cena..

Hoy sería la cena en casa de mis padres, estaba más que contenta porque mis hombres podrán conocer un poco más a mis padres.

Desde que soy mayor de edad jamas he traído a nadie a conocer a mis padres, ya que siempre fui alguien no muy social, mi única amiga ha sido Jessie, más nadie. Cuando ellos conocieron a Tom, todo salió muy mal, Tom decía cosas fuera de lugar y mis papás no decían nada porque en ese tiempo el me hacía "feliz" por suerte más nunca lo traje.

Ellos estaban más que de acuerdo con esta cena, se que ellos van a hacerles Miles de preguntas a los tres así que ya estoy mentalmente preparada, se muy bien como son mis padres así que tendré un poco de ayuda de mamá.

Ayude a mamá con la cena, después subí a arreglarme, hoy estaba con ellos aquí, hace tiempo que no venía, extrañaba hablar con mi mamá en la cocina y ver mi habitación.

Me arregle un poco y ya estaba lista, mamá entró a mi habitación. Tenía un hermoso vestido de flores y el cabello suelto, me gustaba como era mamá, ella era más que hermosa, aún se conservaba muy bien. Esperaba que cuándo tenga esa edad verme como ella.

—Que linda estas mi niña —me sonrió—, tus novios van a enloquecer —rió.

—Eso espero.. ma, dime algo ¿Cómo te sientes con saber que tengo tres novios? Se sincera. 

Desde que sabe que tengo está relación jamás hemos hablado a fondo sobre esto y me gustaría saber que piensa realmente.

—Para serte sincera —suspiró—, jamás pensé verte en una relación así... Cuando una relación polígama se da a cabo, corremos el riesgo de salir lastimados, pueden llegar celos una que otra vez. Jamás voy a querer verte pasar por algo así —negó—, pero se que esos hombres te hacen feliz, te dan el valor que mereces, sobretodo respeto y sinceramente espero que siga siendo así, eres mi niña y siempre querré lo mejor para ti.

Sonreí y la abracé, mamá siempre me daba buenos consejos, siempre tenía algo bueno que decirme.

—Mami, ya llegaron los novios de Emma —Jackson entró a mi habitación.

Ambas salimos de la habitación, bajamos a la sala  y en efecto, mis hombres estaban ahí, los tres estaban vestidos con un hermoso traje, los tres se veían más que guapos, Mika con su típica bufanda en vez de corbata y el traje marrón claro, Carlo usaba uno azul oscuro y tampoco traía corbata, su cabello estaba desordenado, esta era la primera vez que lo veía en traje y Axel con un traje negro también andaba sin corbata. Los tres traían algo en sus manos.

Carlo Flores, Mika Vino y Axel un postre.

—Oh jod... Digo, que hermosa estás mi bonita —Mika sonrió.

Quería reír por la palabrota que iba a decir, pero supongo que no lo hizo por respeto. 

—Gracias, ustedes se ven demasiado guapos esta noche.

Me acerque a ellos y les di un beso corto.

—Gracias por venir muchachos —escuché a mamá.

—Es un placer haber venido —Axel sonrió—, traje esto —se acercó a ella y le entregó el postre—, es una torta tres leches, espero que sea de su agrado señora Allen.

—Muchas Gracias —mamá sonrió—, es el favorito de mis esposos, por favor pasemos a la sala.

Mamá se fue a la cocina a dejar el pastel y yo guie a los chicos hasta la sala donde estaban mis papás hablando de pie mientras tomaban unas sodas ya que ninguno puede tomar alcohol.

—Ya están aquí —papá Jamie sonrió—, bienvenidos muchachos.

—Gracias por la invitación —los tres estrecharon las manos de mis papás.

—¿Eso es vino? —papá Julian preguntó.

—Ah si, pero puede tomarlo sin miedo, es un vino con menos de cinco por ciento de alcohol, no les hará daño. —se lo entregó a papá.

—Joder, muchas gracias Mika —sonrió papá mientras miraba el vino— esto se quedará en mi despacho ¿Que dices Jamie?

—Por mi no hay problema hermano.

Estábamos hablando muy a gusto, Carlo me dió las flores y le di un beso como recompensa.

—Estas hermosa hoy —me susurro—, tengo ganas de robarte esta noche.

—¿Ah si? —asintió—, quizá haga realidad tu deseo —le guiñe un ojo.

Me dió una tierna sonrisa y me abrazó, Mika y Axel estaban hablando a gusto con mis papás, poco después nosotros nos unimos a la conversación, como lo esperaba, fue de arquitectura, comida, deportes y películas, hablé de vez en cuando ya que estaba tan distraída.

Distraída mirando el perfil de Axel, de como sonreía mientras hablaba con mi papá, su mandíbula bien marcada y esa barba que me encantaba, las venas en su cuello estaban enloqueciendome, deseaba tanto que me tocara.

Por otro lado miraba a Mika como estaba parado, estaba derecho y sus manos estaban dentro de los bolsillos de su pantalón, asentía a cada palabra que decia mi papá, muy interesado en esa conversación, cómo se relamia los labios y se lo mordía para después hablar, esos ojos detrás de esos lentes me mataba.

Luego estaba Carlo, con ese cabello negro totalmente desordenado estaba en el medio de mis papás, no cabia duda de le lucia el traje, esa camisa blanca con los botones sueltos, se veía su pecho firme y ese collar en su cuello lo acentuaba aún más, sus ojos conectaron con los míos y sonrió de lado, me guiñó un ojo y sonrió ampliamente.

Me levanté del sofá y caminé hasta el baño que estaba en el pasillo, necesitaba echarme agua rápidamente, me acabo de excitar con solamente verlos, cuando entré al baño me mire al espejo, mis mejillas estaban sonrojadas, la cara me ardía.

—Dios mío —susurré— ¿Qué hago ahora? Es que... Emma estás mal —reí— no puedes excitarte con solo verlos.

La puerta del baño se abrió dejándome ver a Carlo, entró y cerró la puerta con seguro, se acercó a mi y me tomó de la cintura pegándome a el.

—No creas que no me di cuenta alla afuera del como me veías a mi y a los chicos —sonrió de lado—, del cómo apretabas las piernas —susurró sobre mis labios.

Su mano acarició mi muslo, odiaba usar vestido justo ahora, su mano subió hasta meterse en mi vestido hasta llegar a mis bragas.

—No podemos hacer esto aquí Carlo —estaba respirando profundamente.

—Si no haces ruido, nadie se enterará..

Sus dedos se metieron en las ligas de mis bragas y se agacho para quitármelas, cuando lo hizo cerré los ojos disfrutando de la sensación, cuando lo sentí levantarse abrí los ojos, Carlo tenía mis bragas entre sus dientes mientras sonreía. Después las tomó.

—Me quedaré con ellas —sonrió—, quiero que hagas algo por mi ¿Si? —asentí—, pero antes... Quiero escuchar de tus labios que me llames señor, mientras me hundo en ti. 

Fruncí levemente el ceño ¿En serio quería que hiciera eso? Desde que estamos juntos jamás me había pedido algo así, Mika me había pedido que lo llamara señor, pero ahora Carlo, mi tierno Carlo me estaba pidiendo esto.

—¿Por que quieres que te llame asi? Jamás me lo habías pedido.

Tomó mi rostro con su mano y lo acercó al suyo.

—Es algo que deseo escuchar desde hace tiempo, solo estaba esperando el momento correcto para hacerlo... Quiero escuchar que me llames señor cuando follemos a solas, seré tu señor y tú —pasó su lengua por mis labios—, serás mi dulce chica ¿Que dices?

Este no era mi Carlo, era alguien distinto, jamás había sido así conmigo, pero ahora, me está gustando.

—Si, señor.. —susurré.

El se mordió el labio inferior, me dió un casto beso, me soltó el rostro y me giró frente al espejo, se colocó detrás de mi y se quitó el saco, con su rodilla me abrió las piernas y subió un poco mi vestido, me mordí el labio inferior para no gemir cuando su mano se posó en mi intimidad y rozó sus dedos en mis pliegues, sacó su mano de ahí y se chupó los dedos, jadee cuando lo vi hacerlo, me dió una sonrisa de lado.

—Delizioso come sempre, ti amo, non sai quanto desidero che tu sia mia moglie (Deliciosa como siempre, me encantas, no sabes cuánto deseo que seas mi mujer ) —susurró en mi oído.

Sus manos masajearon mi trasero, estaba más que agradecida que este baño estuviera al final del pasillo. Carlo miró hacía abajo y escuché como su cinturón se abría, metió la mano en su bolsillo trasero y sacó un condón, con su boca lo abrió y se lo puso.

Dios mío, que imagen tan deliciosa..

—¿Lista chica traviesa? —se acercó a mi oído.

—Si señor..

Entró en mi de una sola estocada, el jadeo y mi vista no se apartaba de su rostro, su mandíbula estaba apretada, me sostuve del lavamanos sintiendo como la polla de Carlo entraba en mi y me daba justamente en mi punto débil.

—Oh Carlo.. más duro —gemí en un hilo de voz.

—Mierda, no sabes cómo me encanta que me gimas asi —murmuró duramente. 

Su mano rodeó mi cuello y sus embestidas eran más y más duras, mi vientre se contrajo y mi orgasmo llegó, jadee mientras seguía sintiendo las estocadas de Carlo dentro de mi, me dió aun más duro y sentí como se corrió, cuando sus espasmos pasaron salió de mi.

Me volteó y me besó salvajemente.

—Te amo Emma —sonrió—, no sabes cuánto.

Solo pude sonreír.

—Tenemos que salir —estaba recuperando el aire—, debería hacerlo yo primero.

—Está bien —sonrió—, te ayudo.

Me voltee y empecé a arreglarme el cabello, por suerte mi maquillaje no se arruinó, Carlo se acomodo la ropa, supuse que ya había desechando el condón por el inodoro, porque si lo deja en la basura, mis padres van a enloquecer, me ayudó a arreglar el vestido y ya estaba lista.

—Quedaste hermosa —besó mi nariz.

—¿Me dejaras sin bragas?

—Si, ahora son mías —sonrió, las metió dentro se su saco—, sal, yo iré detrás de ti.

Salí del baño y caminé por el pasillo, mis piernas aun temblaban así que trate de caminar lo más recta posible, al llegar Mika me miró alzando una ceja, el sabía lo que había pasado, así que me acerque a el.

—Te vez sexy recién follada —susurró y me besó—, más tarde lo haré yo.

Sentí el calor en mis mejillas.

—Carlo ¿Por qué tardaste tanto en el baño? —Mika sonrió burlón.

Le di un golpe a Mika en el pecho y este rió, cómo le encanta molestarlo.

—Bonita, supongo que ya le dijiste a los chicos que mañana iremos a New York ¿Verdad?

Joder, lo había olvidado..

—¿Que? —Mika me miró confundido—, van a viajar y no me dijiste nada mi amor.

—A mi no me dijo nada tampoco —Carlo se posó al lado de Mika, estaba serio.

Había olvidado por completo que mañana iría a New York con Axel para conocer a su familia, Axel no quiso decirles nada porque sabe que Mika se aparecería por allá y Carlo porque el trabaja mucho, yo no estaba de acuerdo con no decirles, pero veo que a Axel también le encanta molestarlos.

—¿Irás?

—Claro, iré a conocer a la familia de Axel.. Se los iba a decir pero lo olvide —mire mal a Axel—, gracias.

—De nada —me lanzó un beso y rió.

Carlo y Mika me miraban serios. No les gusta que les oculte nada, pero no lo hice a propósito, solo lo olvidé.

Creo que me van a castigar por esto...

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