| 29 parte II |

Emma:

Ambos pasamos a la sala y el se sentó frente a mi, lucía muy cabizbajo y era más que obvio que había llorado.

—Supongo que ya sabes que ese niño no era mío..

—Así es —me crucé de brazos.

—No se que decirte Emma, lo único que se me ocurre ahora es lamentarme y sentirme como un imbécil, porque eso es lo que soy.

—Lo eres —asentí—, me molesta mucho que no hayas querido escuchar a tus amigos, no tanto a mi, si no a ellos, que te conocen desde hace años.. Pero decidiste confiar en aquella mujer Axel, hizo todo lo posible por meterte a ese bebé por los ojos, tanto que te alejaste de ellos, incluso de mi.

No me gustaba tratarlo de esa forma, pero tenía que enseñarle.

—Perdóname Emma —bajó la cabeza—, fui demasiado cruel contigo, no vine a verte, no te llamé.. Soy un novio terrible.

—Pues si, eres un novio terrible.. Y pues si Axel, perdono —me miró sorprendido—, pero nada será igual a partir de ahora.

—¿Que quieres decir con eso?

—Pues que te va tocar conquistarme de nuevo —dije tranquila—, no pensarás de que por qué te perdone, volveremos a lo de antes.. No es así  —negué—, así que ti verás como lo harás, no vendrás a visitarme —el frunció el ceño—, solo me llamaras una vez al día y no responderé tus mensajes.

—Estás siendo demasiado cruel conmigo Emma.

Reí —¿Eso te parece cruel? —asintió— no Axel, porque estaba dispuesta a terminar contigo esta misma noche, pero decidí que debes ganarte mi amor de nuevo, fui demasiado paciente contigo este tiempo, es hora de que tú lo seas conmigo.

Suspiró resignado —Supongo que me lo merezco.

—Mereces que te deje, eso mereces, pero por ahora un saludo obtendrás de mi, tu solo tienes que esforzarte para que te quiera de nuevo, no lo arruines de nuevo, porque no te daré una segunda oportunidad —me levanté—, puedes irte.

—¿Irme? —frunció el ceño— ¿Por que?

—Porque así lo quiero yo Axel, ve a tu departamento a reflexionar e idea un plan para que volvamos como estábamos antes.

Caminé hasta la puerta y la abrí, el se levantó resignado y caminó hasta la puerta.

—Voy a esforzarme Emma, lo juro. 

—Ya lo veremos Axel, ya lo veremos. 

Retrocedí cuando intentó acercarse, el entendió la indirecta así que sin más salió de mi departamento, cerré la puerta y solté un enorme suspiro.

Me va a costar verlo sufrir así, pero es algo que tiene que hacer, no puedo permitir que cada vez que quiera meter la pata, quiera hacer como que nada pasó.

—¿Se fue?

—Si —mire a Mikael ese estaba sin camisa— Mikael ¿Y tú ropa?

Miró su torso —¡Joder! Mi camisa desapareció.. No tengo nada que usar.

Reí —Estás loco.

Caminó hasta mi me cargó.

—Si, loco por una chica preciosa de ojos grises y sonrisa encantadora ¿La conoces? —negué riendo—, también tiene una risita muy hermosa..

Caminó hasta mi habitación y me sentó sobre mi peinadora, sus ojos azules conectaron con los míos y sonrió ampliamente.

—Me gusta cuando sonríes así Mikael.

—Y a mi cuando gimes mi nombre —besó mi cuello—, hueles a cerezas, mi favorito.

Tomó mi camisa y me la quitó dejando mis pechos descubiertos. Mikael los miraba con adoración y se relamía los labios.

—Eres hermosa y eres mía.

—No soy de nadie Mikael —me tomó de la barbilla.

—Lo se, pero me gusta llamarte mía, porque para mí lo eres.. mía —besó mis labios—, solo mía.

Besó mis labios de una forma deseosa, luego introdujo su lengua dentro de la mía y jugábamos, se despegó de mis labios para bajar a mi mandíbula y luego a mi cuello, me tomó de la cintura y me alzó para llevarme a la cama, me acostó con cuidado y me quitó el short y las bragas dejándome desnuda frente a el.

—Que hermosa..

Besó mis pechos para luego meter uno en su boca y con la lengua hacer círculos sobre mi pezón erecto luego lo mordió haciéndome gritar, fue bajando poco a poco hasta llegar a mi vientre y abrió mis piernas, después empezó a darle palmadas a mi sexo.

—¡Mikael! —grité.

—Eso es bonita.. Grita mi nombre.

Se metió en mis piernas y pasó su lengua por mis pliegues hasta abrir mi sexo y meter la lengua dentro de mi, su lengua hacia círculos y mi cuerpo se estremecía bajo los toques que hacía Mika el mis senos, arquee mi espalda y moví mis caderas buscando más de el, de repente de detuvo.

—No puedo más, necesito follarte —jadeaba—, pero tendrás tu orgasmo.

Volvió a meter su lengua en mi sexo, su lengua seguía haciendo círculos en mi clítoris para después meter dos dedos dentro de la y empezar a masturbarme con fuerza, tomé su cabeza para meterlo más en mi, arqueé de nuevo mi espalda y sentí como mi vientre de contrajo al igual que mi vagina y mi orgasmo salió, el se quedó ahí abajo hasta que mis espasmos cesaron, sacó sus dedos y se incorporó, la imagen de Mikael relamiéndose los labios y chupando sus dedos hacia que mi intimidad palpitara de nuevo y se humedeciera.

—Siempre diré que tu orgasmo es lo más delicioso que he probado —sonrió de lado—, ahora, voy a follarte muy duro preciosa, muy duro.

Me tomó de las caderas para girarme, levantó mi trasero y tomó mis brazos para colocarlos en mi espalda, con su pierna abrió las mías y pasó su mano por todo mi sexo

—Ah, Mikael —jadee frustrada.

Escuché ruidos detrás de mi, para luego sentir su glande rozando mi entrada torturandome una y otra vez, hasta que de una estocada entró en mi y empezó a embestirme.

—Joder.. estás tan apretada y deliciosa...—Gimió muy fuerte—, me encanta como me aprietas, como me succionas, m****a —lo escuche decir entre dientes.

Sus embestidas eran duras y enviaban corrientes eléctricas a todo mi cuerpo, luego me soltó los brazos para rodear mi cintura y levantarme, ambos nos levantamos mientras el seguía dentro de mi, me volteó para vernos en el espejo.

El rostro de Mikael estaba rojo, al igual que su cuello y clavículas, sus ojos conectaron con los míos y estos estaban llenos de lujuria, un brazo sostenía mi cintura, mientras que con su mano libre delineaba mi cuerpo.

—Kak krasivo vyglyadit tvoya kiska, s moim chlenom vnutri moyey rozy... Ty ne predstavlyayesh', kak sil'no ya khochu tebya, chert voz'mi! YA u tvoikh nog, ya ves' tvoy.. (Que hermoso se ve tu coño, con mi polla dentro mi amor.. No sabes cuanto te deseo, joder! Me tienes a tus pies, soy todo tuyo..) —besó mi cuello.

—Me encanta que hables en Ruso —gemí—, me excita demasiado Mikael.

—Mikael —sonrió—, quiero que me llames Mikael mientras te parto en dos Emma.

—Oh m****a..

Su enorme mano se posó en mi cuello y empezó e embestirme mientras me miraba a través del espejo, su boca se abrió y soltaba jadeos guturales en mi oído.

—Nena que apretada estás ¡Joder! —gimió con fuerza— ¿Te gusta?

—Oh si Mikael —gemí.

Maldijo y siguió con sus embestidas, pero de se detuvo, salió de mi y me sentó de nuevo en la peinadora, me abrió aún más las piernas y las alzó un poco tomando mis muslos y entró de nuevo en mi, yo hice hacia atrás mi cabeza perdiéndome en las estocadas y gemidos de Mika.

—Mirame Emma —lo hice—, quiero que me mires mientras te corres en mi polla.

Mi vientre se contrajo de nuevo y frunci el ceño Mikael seguía embistiéndome de forma ruda y rápida que sentí que estaba dando el el punto adecuado,.unas cuantas estocadas más y me corrí, escuché los gemidos y jadeos de Mika, me embistió unas cuantas veces más hasta que sentí como su pene se contrajo dentro de mi y se corrió, pasó sus espasmos y pegó su frente con la mía.

—Joder —jadeaba—, eso.. fue delicioso mi rosa.

Salió de mi y me acomodé, ví como se sacó el condón y lo tiró al baño, luego regresó para cargarme y caminar hasta el baño.

—Nos daremos una ducha y cenaremos —me besó.

No podía articular una sola palabra, no me salían, el sexo fue increíble.. Más que increíble, me dejó con las piernas temblando.

Después de nuestra ducha, me cargó de nuevo y me acostó sobre la cama y me colocó unas bragas, el solo estaba con una toalla puesta en su cintura.

—¿Te lastimé? —preguntó suavemente.

—No —suspiré—, solo.. que fue increíble —sonreí—, eres increíble en la cama Mikael.

Me besó —Me alegra escuchar eso —rió—, para mí, lo primordial es complacerte y que estés bien.

—Lo estoy.. —hice una pausa— Mikael, tengo miedo.

—¿De que? —frunció el ceño.

—De enamorarme de ustedes..

—Oh mi amor —me abrazó—, te entiendo, Yo estoy igual.. Temo a enamorarme de ti porque para serte sincero, jamás me he enamorado de nadie, pero si pasa, creeme que sería feliz, porque tendría una mujer maravillosa a mi lado y te cuidare de todos lo que quieran lastimarte.. Lo prometo.

—Te quiero mucho Mikael —el me sonrió.

—Y yo a ti preciosa mía —me besó—, no sabes cuánto.

Ahora sí tenía miedo, miedo de que todo mi cuento de hadas se vaya por la borda y termine con el corazón hecho trizas, pero me es imposible no quererlos, si los tres son maravillosos, aunque espero que Axel reflexione y se esfuerce por conquistarme y que regrese a mi lado.

Y todo sea como en un inicio..

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