Julian:
Dos semanas después..
Habían pasado dos semanas desde aquella discusión con Jamie, me había molestado mucho su actitud, todo era culpa de esa mujer.
Ella se había metido en nuestras vidas para arruinarla y eso me molesta mucho ¿Porque lo hizo? Es algo que no entiendo, papá pudo haberme buscado a alguien mejor y por alguna razón tener que verla todos los días hacia que la odiara aún más.
Hoy estaba en el descanso del trabajo, me tocó venirme en bus, cosa que odio totalmente, odio tener que hacerlo, y yo teniendo un BMW en casa de mi padre, me molesta mucho no poder usarlo cuando se me pegue la gana.
Odiaba con mi alma a aquel gordo que olía horrible, daba y daba órdenes sin parar odiaba que me mandaran era simplemente patético.
—Oye Julian —llegó hasta mi Jason, un obrero de aquí— ¿Trajiste almuerzo?
—No, no sé cocinar y además.. Mi esposa no me hizo la comida —dije serio.
Jason era un tipo amable por así decirlo, el está casado desde hace tres años y aún no tiene hijos, me contó que trabaja aquí desde hace ya un tiempo.
—Pues, puedo compartirte mi almuerzo si quieres —me miró curioso—, mi esposa prepara una comida deliciosa.
Estaba por responderle pero Emily llegó hasta la obra, vestía el uniforme de la empresa, usaba su cabello largo y suelto, en sus manos traía una taza, bueno dos.
—Hola Em —Jason la saludó de manera cordial.
—Jason ¿Cómo está Marylin?
—Muy bien —sonrió—, ya sabes en casa.
—Me alegra que ella esté bien —sonrió— me la saludas por favor.
—Claro que si —asintió.
Luego ella llegó hasta mi.
—Ten —me tendió una taza—, se que no trajiste almuerzo, así que preparé esto para ti ¿Dónde está Jamie? —lo buscaba con la mirada.
Estás dos semanas ella y Jamie se han llevado muy bien, cosa que a mi me da mucha colera.
—No lo sé, estaba aquí hace un momento.
—Ahí viene —miró detrás de mi.
—Emily —dijo Jamie— ¿Que haces aquí?
—Les vine a dejar almuerzo —sonrió— se que no trajeron, así que vine preparada, espero les guste.
Ella le dió la taza a Jamie junto con un termo, estaba frío y tres vasos, luego se retiró.
—No sabía que conocían a Emily —nos miró a mi y a Jamie.
—Ella es nuestra esposa —dijo Jamie abriendo la taza.
—¿En serio? ¿De ambos? —el estaba sorprendido.
—Así es —dije serio— no preguntes porque estamos casados, conformate con saberlo y ya.
Sentí un codazo a mi costado, había sido Jamie.
—Julian basta —Jamie me miró serio—, come lo que trajo emily, ella cocina delicioso.
Rodé los ojos y abrí la taza que me dió, en ella había carne, vegetales y arroz blanco, Jamie abrió el termo y en el había jugo de moras, le dió un vaso a Jason y el otro me lo dió a mi, sin esperar empecé a comer y la verdad estaba delicioso, hace mucho que no comía comida casera y esto sabía glorioso, el idiota de Jamie tenía razón ella cocina delicioso.
Después de comer, guarde la taza y seguí con el trabajo, al menos no me cansaba mucho ya que siempre estoy haciendo ejercicio y mi condición física me permitía hacer todo con facilidad.
(...)
Llegamos al departamento totalmente cansados, Jamie se fue a duchar para ir a dormir de una vez, yo no lo haría necesitaba comer primero, espere que Jamie se bañara para hacerlo yo, me daba rabia tener que esperar porque yo tenía mi propio baño con tina y calentador de agua. ¡Joder! Aquí ni agua caliente hay, maldita sea.
Jamie salió del baño y empecé a hacerlo yo, necesitaba relajarme lo más que pudiera, al terminar me coloque un pantalón de chandal sin camisa, me daba cierta curiosidad que Emily nos vea así y no se inmute, no sé impresiona con ver mi torso y el de Jamie, bueno ella no se impresiona con nada.
Me prepare lo único que sabía hacer, un puto sandwich y tuve que buscar un puto tutorial en internet para saberlo preparar porque no sabía, no sé cocinar, estaba acostumbrado a que me prepararan la comida, me es difícil acostumbrarme a esta nueva vida, me hace falta mis cosas. Las manos me dolían de tanto usar la pala ya las ampollas estaban pasándome factura.
Emily entró al departamento, coloco su saco en el perchero y las llaves sobre la mesita, fue a la cocina por agua, al parecer no me ha notado.
—Hola Julian —dijo.
Si me notó.
—¿Que tal te fue? —me preguntó.
—¡De la m****a! Cada puto día odio el trabajo, odio trabajar para recibir una miseria, odio subir al bus, odio que me manden... Todo es una m****a además de que me están saliendo unos malditos callos en las manos que no soporto. —dije con rabia.
Ella se fue a su habitación, pero al poco tiempo regresó con algo en sus manos, se sentó a mi lado y tomó una de mis manos.
—Voy a colocarte crema para tus callos ¿Está bien? —lo decía sin mirarme.
Abrió la crema y empezó a colocarla sobre mis enormes callos, su mano era muy pequeña y suave, sus blancos dedos pasaron por mi palma untado la crema con delicadeza, yo hice una mueca de dolor pero ella lo hacía con tanta delicadeza que no dolía tanto.
—Con eso dolerá menos -me miró.
Me dió una pequeña sonrisa de labios cerrados, no había tenido la oportunidad de mirarla más de cerca tiene enormes cejas que se les veía bien, sus ojos son oscuros, tiene una pequeña nariz y pocas pecas en su rostro.
Sacudí cualquier tipo de pensamiento absurdo.
—Gracias —solo eso pude decir.
—No hay de que —se levantó— ¿Cenaron?
—Yo.. solo pude hacer un sándwich —ella asintió— Jamie está dormido.
—Entiendo, bueno me iré a dormir yo también, estoy muy agotada —se quitó los tacones.
Sin decir más se fue hasta su habitación, por un momento me sentí solo, sentí por primera vez en mi vida aquel vacío que yo me negaba a sentir tratando de llenarlo con mujeres y tragos, me he negado a aceptar que toda mi vida he estado equivocado, que cometí errores que ahora estoy pagando, no todo es culpa de papá, también ya Sido mía por querer comportarme como si fuese el rey de todo y que podía hacer lo que quisiera con solo mover un dedo, ya poco a poco me estoy dando cuenta que la vida no funciona así.
(...)
Desperté temprano, hoy era fin de semana y no trabajaría, salí hasta la cocina y empecé a preparar el café, al menos eso sí aprendí a hacer, tuve que llamar a mamá para preguntarle cómo se usaba la cafetera, así que ya se hacerlo.
Emily apareció en la cocina, usaba una pijama ridícula de osos panda ¿Tiene ocho años acaso?
—Buen día Julian —bostezó.
—Buen día. Emmm... ¿Quieres café?
—¿Hiciste café? —asentí— si quiero, gracias.
Le serví en una taza y ella empezó a beberlo.
—Esta bueno —asentí solamente—, hoy irás conmigo a hacer las compras.
—¿Qué? —me reí—, no, no iré contigo a ningún lado, eso de las compras es con Jamie.
—Jamie fue conmigo la semana pasada, es tu turno, nos iremos en un rato.
—Que mandona eres —la mire mal.
Ella solo me ignoró y fue de nuevo a su habitación, me tomé el café y me di una ducha, iba a colocarme un traje pero no tiene caso, así que solamente use el pantalón y una camisa blanca, la arremangue hasta los codos y unos zapatos negros. Me coloque los lentes y me fui a la sala, ya Emily estaba ahí esperándome con un overol completo, tenía un gorro blanco al igual que la camisa que llevaba debajo.
Solo la ignoré y salí del departamento, hoy no iba a usar el bus, ni loco.
Tomé el taxi y ella subió detrás de mi, llegamos rápido al supermercado, ella solo tomó un carrito y entró, yo fui detrás de ella.
—Haremos el mismo proceso que con Jamie, pondrás la mitad del dinero y yo también —asentí—, perfecto.
Qué mandona es, me estresa que sea así.
Tomé el carrito y ella empezó a meter cosas dentro de el como, verduras, las carnes y pollo, arroz etcétera, está vez no había tanto como la semana pasada ya que en la alacena quedaba comida.
Yo solo la observaba con curiosidad, parecía una experta comprando cosas y sacando cuentas en la calculadora ¿Por que putas hacía eso? Yo solo metería todo al carrito y ya.
Después de comprar ella llevó el carrito y empezó a sacar las cosas del mismo, luego pagó y yo lleve el carrito hasta afuera, ella paró un taxi y el señor la saludó ¿Se conocían? Creo que sí se conocían porque hablaban muy a gusto, el la ayudó a subir las cosas y ambos subimos al auto.
Los dos conversaban cómo si se conocieran ¿Se conocen? ¿Porque putas me importa? Ignore por completo esos pensamientos estúpidos y su conversación, poco después baje del taxi y yo mismo saqué las bolsas, ella solo le limitó a ver, después le pago al señor y este se fue, tomé todas las bolsas y subí sin esperarla, poco después toque y Jamie me abrió, me ayudó con las bolsas y ella entró al departamento.
Empezó a ordenar la comida en total silencio y así lo preferí, que se quedara callada.
—¿Compraste yogurt? —le preguntó.
—Asi es —le sonrió ¿Por que le sonríe?— compré cereal también.
Jamie celebraba cómo si fuese un niño pequeño, le emociona el cereal, le gusta mucho. Que inmaduro.
—¿Que harás de almuerzo?
—Si me ayudas a cocinar, puedo preparar lo que quieras ¿Trato?
—¡Hecho! —chocaron cinco.
¿Por que ellos se llevaban bien? ¿Por que ella no me miraba así?
¿Que mierdas estoy pensando?
Sacudí mi cabeza alejando de nuevo esos estúpidos pensamientos, me fui a mi habitación y empecé a cambiarme.
¿Porque de pronto me siento así? Me siento vacío, me siento... Solo, por primera vez en mi vida me siento solo, me siento ignorado, siempre las personas que me rodeaban me hacían sentir importante, me aludían con cumplidos vacíos que me hacían sentir "bien" estaba rodeado de aquello que siempre desee, cómo respeto y admiración pero ¿A qué costo? Ahora que no tenía dinero nadie me buscaba ni me hablaba, dándome a demostrar que solo estaban a mi alrededor por interés, ahora me doy cuenta de las cosas, que el dinero no compra la felicidad ni la fidelidad. Vaya que mi padre si tenía razón cuando me decía que cuando no tuviera dinero iban a dejarme en el olvido.
Que tarde me di cuenta de eso...