Fue una noche larga y tensa. A pesar de que logramos encontrar cama para todos, nadie fue capaz de dormir muy bien esa noche. Realmente, Dalia se la pasó prácticamente toda la noche en vela, despierta, caminando por la casa, observando a los heridos, vigilando a Valentín y también a Nicolás, y observando de vez en cuando a través de las cortinas de las ventanas, como si presentiera que en cualquier momento algo apareciera desde la calle y nos atacara. Incluso yo tuve aquella extraña sensación de pánico: ¿y si Oliver decidía atacarnos?, ¿y si decidía deliberadamente lanzar una granada dentro de la casa? Podría matarnos a todos ahí adentro.
Aunque claro que era algo que no le convenía. Habíamos permitido que toda esta sensación y que todos estos problemas trascendieran al ámbito mediático, y eso también lo ataba de manos un poco a él. Esta vez no podría actuar bajo cuerda, cualquier cosa que nos pasara a nosotros sería él el principal responsable.
De todas formas, la semana transcurrió c